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Cataratas de Iguazú, paraíso compartido

  • Foto del escritor: Nomadea
    Nomadea
  • 10 oct 2019
  • 15 Min. de lectura

Actualizado: 4 dic 2020


Nos introducimos en el mundo guraní, visitamos una de las 7 maravillas del mundo y cumplimos el objetivo del viaje. Ahora queda el regreso, nos esperan otros 1.278 km hasta Bs As .

Nos faltaban recorrer 200 km para concretar la mitad del viaje, alcanzar el punto de regreso y cumplir uno de los sueños de Parruli, conocer las Cataratas de Iguazú. Más motivados que nunca después de varios amagues de transitar estos últimos km, salimos a la ruta y el buen aire del que supo esperar nos encaminó en seguida. El viaje fue más que tachar km, fue una master class de cultura, historia, geografía y demografía, combinada con risas y nuestro primer acercamiento a una comunidad autóctona. Vasco es quien nos facilitó todo esto y a él le agradezco haber compartido parte de sus conocimientos con nosotros. Aprovechando el impulso, no está demás reconocer a todos aquellos, que como Vasco, trabajan para que los derechos de las minorías sean respetados y escuchados, procurando evitar la marginalización.

UN POCO SOBRE LAS COMUNIDADES AUTÓCTONAS

Se estima que existen 74 comunidades autóctonas viviendo en la provincia de Misiones, las cuales desarrollan la cultura guaraní, predominando los grupos Mbyá guaraní.

Antiguamente eran nómadas que buscaban “la tierra sin mal”, aquel lugar de suelo fértil, con abundante agua, clima suave y donde la muerte no existe (lo que otras culturas denominan el paraíso). Esta búsqueda incansable los llevó a ser guerreros y conquistadores, solían mezclarse con la población que invadían y adoptaban aquellas costumbres que les eran convenientes. En la época de la llegada de los europeos, se aliaron con estos para luchar contra sus enemigos los Incas, sin embargo, en poco tiempo terminaron siendo esclavos de los españoles y portugueses.

Manteniendo sus costumbres, son cazadores-recolectores y cultivan la tierra, aunque en los últimos tiempos lo tienen un poco difícil ya que fueron (y son) desplazados a zonas con suelos empobrecidos, agua contaminada y predios desmontados. Como complemento para su economía venden artesanías a turistas y ofrecen su fuerza de trabajo en “la sociedad moderna”.

Cada comunidad es dirigida por su propio cacique el cual es elegido por común acuerdo, teniendo en cuenta sus capacidades y se mantiene en este cargo hasta que sienten que es hora de cambiarlo. El cacique es el encargado de participar en las reuniones y negociaciones, pero es su mujer quien toma las decisiones. Se pone en un segundo plano escuchando todo lo que su marido habla y una vez terminado el encuentro le dice lo que debe hacer. La segunda persona más importante es la madre del cacique y luego la mujer de éste. La propiedad privada dentro de la comunidad no existe, comparten todo lo que tienen y todos trabajan para el desarrollo común. Cuando nace un bebé esperan varios años hasta ponerle un nombre oficial. A lo largo de este período prestan atención a su personalidad, a sus gustos y a cómo se desenvuelve para seleccionar el nombre perfecto para él. Esto lleva a que las personas tengan 2 nombres, uno común y corriente que usan para todos los días y otro oficial que utilizan generalmente para cosas importantes.

Las uniones conyugales son elegidas en base a las conveniencias de la comunidad y en caso de que las dos personas estén de acuerdo se puede romper sin inconveniente. Si una de ellas no quiere, el grupo estudia el caso y decide de qué manera deshacer el lazo. Una de las historias que escuchamos fue la de dos jóvenes enamorados. Según nos contaron, ella estaba unida a un hombre mayor poco agraciado y él era un soltero muy bonito. La atracción entre ambos era de público conocimiento y su amor crecía día a día, pero no podían estar juntos ya que ella estaba desposada. Como el marido no quería divorciarse, expusieron su problema ante la tribu y tras un debate le otorgaron el beneficio de la separación, pero como castigo los tortolitos debieron cosechar toda la mandioca durante el verano. Así que bajo el sol radiante le dieron rienda suelta a su amor consumándose como pareja.

Otro de los relatos que llegaron a nuestros oídos fue el de las escuelas (aunque no tuvo un final tan feliz como el anterior). Durante años pidieron al Estado un colegio con maestros que hablen guaraní para escolarizar a los chicos de las comunidades. Los futuros alumnos hablaban en su mayoría solamente su idioma nativo, razón por la cual no podían asistir a los colegios convencionales. Tras un período de insistencia y sin obtener una respuesta por parte del gobierno, algunas comunidades se organizaron y crearon su propia escuela, donde los adultos cualificados enseñaban al resto. Entre los conocimientos que transmitían se encontraban cosas como los derechos de los indígenas, comercio, cultivos, etc. Al parecer esto despertó la inquietud de las autoridades quienes prohibieron esa institución y fundaron un nuevo colegio con maestros profesionales (algunos de los cuales hablaban guaraní) y con un temario que no hacía hincapié en las necesidades actuales de las comunidades.

Uno de los principales problemas que tienen estos pueblos es el desalojo por parte del gobierno ya que su territorio no está jurídicamente reconocido como propiedad de ellos. Si bien existe la Ley Nacional 26.160 que los ampara, la misma no se aplica y los guaraníes (como otras comunidades del país) salen perjudicados. Actualmente en Misiones, sólo a 27 comunidades les reconocieron el derecho de títulos de propiedad comunitaria indígena en la provincia.

Es indignante que el Estado prefiera expropiar las tierras a los indígenas para vendérselas a grandes empresarios que arrasarán con la vegetación autóctona del monte y desarrollarán el monocultivo de pinos. Estas especies exóticas provocan serias consecuencias sobre los recursos hídricos y hacen que el suelo pierda su capacidad de absorción. Se han observado disminución de los cauces de los arroyos, disminución del volumen de agua en las napas y secado de vertientes, y la principal causa de esto se lo atribuyen al mayor consumo de agua por parte de las plantaciones forestales. Como si esto fuera poco, también hubo un aumento considerable en la contaminación del recurso hídrico por los agroquímicos utilizados en las forestaciones. Nada de todo esto parece ser relevante para el gobierno, que teniendo la Ley de bosques 26.331, poco hace para regular estas cuestiones. Para saber más sobre esta problemática podés leer este INFORME que fue presentado en el IX Congreso Argentino de Antropología Social del 2008.

NUESTRA EXPERIENCIA EN EL PARQUE NACIONAL IGUAZÚ (lado argentino)

El sol todavía no había hecho su aparición y nosotros ya estábamos sacando un pie de la carpa para empezar el día. Habíamos quedado con otro chico del camping para salir juntos a la ruta a probar suerte para llegar al parque. Según nos habían dicho, había muchas posibilidades de que estando bien temprano nos levantase algún guarda-parques y nos llevase a la entrada. El aburrimiento, el poco tráfico y la abundancia de sueño, nos hizo tomar el segundo bus que salió en la dirección a la queríamos.

Al igual que varios grupos de orientales (probablemente chinos), allí estábamos media hora antes de que abriesen las puertas esperando para ingresar y salir corriendo hasta la garganta del diablo como si fuese a desaparecer. Textualmente eso fue lo que hicimos en cuento atravesamos los molinetes, nos subimos en el primer tren que salía y una vez en la estación correspondiente, nos sumamos a la competencia por llegar al salto de agua más impresionante de Iguazú. No fue fácil esquivar a las ancianas de grandes sombreros que se ponían en hilera para impedirnos el paso ni al guía que con su paraguas ocupaba casi toda la pasarela. A pesar de todo nuestro esfuerzo y al sudor derramado no logramos ser los primeros, pero al menos le ganamos al gran contingente de asiáticos y las 3 personas que estaban cuando llegamos no nos molestaban para la foto. El beneficio de llegar tan temprano es que te aseguras poder ver la Garganta del Diablo ya que hay un límite de personas permitido (los días de muchos turistas alcanzan este tope y el tren no llega hasta esta estación), tenés más posibilidades de no tener que andar esquivando cabezas para sacar una foto del paisaje y que podés ver a las aves salir de las cuevas.

Es difícil describir lo que se siente al ver tanta cantidad de agua cayendo. El sonido que produce, el vértigo que causa, las sensaciones que despierta, la bruma que se forma y los olores resaltados por la humedad del ambiente. Es una imagen que te atrapa, simplemente te quedás colgado viendo el agua pasar, sin desviar la mirada por miedo a perderte algo aún más espectacular. Creas escenas en tu cabeza con personajes que no podés escuchar, te preguntas de dónde viene tanta agua y tratas de imaginar que ese flujo se detiene por unos instantes. Así pasan minutos hasta que te das cuentas de que seguís ahí, parado, mojándote y volvés a la realidad.

Después de esta excitante bienvenida, continuamos nuestra caminata más relajados y sin apuro. La siguiente parada fue en la estación Cataratas donde nos encontramos con los primeros coatíes del día, en ese momento nos parecieron simpáticos y salvajes porque buscaban insectos en la tierra y corrían por todos lados (aunque también viajaban en tren y se sentían seguros entre humanos). Recorrimos los senderos circuito inferior y circuito superior, que a lo largo de sus 1400 mts y 1750 mts de distancia respectivamente, nos regalaron un escenario de cascadas, vegetación y fauna junto con la imagen de la Garganta del Diablo como protagonista.

Con las cascadas de fondo y muy próximos al cartel de WIFI clavado en el tronco de un árbol (¿te sorprende ese cartel? A mí sí), aprovechamos para descansar y comer algo. Tras corroborar que no había ningún animal a la vista y bajo la mirada del guarda-parques empezamos a cortar el salamín y un poco de pan para abrir el apetito. No terminamos de degustar el primer bocado que hizo su aparición un, ya no tan simpático, coatí que se vio tentado por nuestro “manjar”. Después de varios intentos de ahuyentarlo incluso con la ayuda del guarda-parques, decidimos guardar la comida y buscar un nuevo lugar. La segunda vez fue mucho mejor, la vista de fondo no era tan wachi waaau como la anterior, pero para cuando llegaron los coatíes ya habíamos terminado de almorzar. El último momento memorable que vivimos con estas criaturas mal acostumbradas a los erróneos actos de los humanos fue en la cafetería Dos Hermanas. Como hay comida, es el punto de mayor concentración de coatíes del parque. Aprovechan la distracción de los turistas para robarles la comida o simplemente esperan a que alguno les dé algo para comer. Entretenido estaba el Parruli, buscando el mejor ángulo para fotografiarlos y se agachó para disparar a su objetivo. Un coatí muy astuto y con un increíble sentido del olfato detectó que había algo muy interesante en la mochila de ese individuo que se ponía a su altura. Sin remolonear, saltó al acecho y con una mano (¿o pata?) se agarró del bolsillo tratando de extraer lo que era de su interés. Como un karateka de esos buenos que no te das ni cuenta que te atacan, el Parruli lo echó (sin violencia) y el pequeño coatí se quedó sin su festín. Gracias a esto descubrimos dos cosas: la primera es que nos habíamos olvidado de comernos los huevos duros que estaban en el bolsillo de la mochila (lo que intentó llevarse la fiera) y la segunda es que los coatíes son muy astutos, tienen un olfato increíble y no pierden el tiempo cuando se trata de comida de humanos.

Es muy importante tomar conciencia de que son animales salvajes viviendo en su hábitat natural que está “protegido y poco alterado” con lo cual las condiciones son óptimas para que encuentren sus alimentos en la naturaleza, de donde los sacaron siempre y no depender de los humanos con los que están obligados a convivir. Darles de comer, dejar comida en sitios a los que ellos pueden acceder o no estar atentos a los alimentos de uno, ponen en peligro sus costumbres y su existencia y también nos pone en peligro a nosotros ya que pueden ser agresivos. Conclusión: NO ALIMENTAR A LOS ANIMALES SALVAJES, ELLOS NO NOS NECESITAN PARA ARMAR SUS BANQUETES.

Lo último que nos quedaba por visitar (sin pagar una excursión) era el salto Arrechea y hacia allá fuimos. Anduvimos por el sendero Macuco (habilitado de 08:00 a 15:00 hs) procurando no hacer ruido por si corríamos con la suerte de encontrarnos con algún mono caí o alguna ave asustadiza, pero no sucedió. Esta caminata se puede decir que es la más larga del parque (3.7 km), la menos convencional y la más agreste ya que es un camino de tierra que se adentra en la selva hasta llegar a un salto de agua de 20 mts de altura. Según cuentan, hace milenios, las Cataratas se encontraban en este punto, pero fueron retrocediendo hasta su ubicación actual.

Como faltaba una hora para que cerrase el parque fuimos una vez más a la Garganta del Diablo. Fue una excelente idea, porque por la mañana había mucha bruma y el viento llevaba las gotitas de agua hacia donde estábamos nosotros. Sin embargo, por la tarde no había brisa y el sol aún estaba fuerte, lo que nos permitió apreciar esa magia sin neblina ni mojarnos. Además, nos reencontramos con nuestro amigo del camping, quien había ido a ese sitio con las mismas intenciones. Así nos despedimos los tres de una de las 7 maravillas el mundo y con más ánimo que a la ida, nos pusimos sobre la ruta a esperar a un ser caritativo, que llegó :) Historia con final feliz.

TODO SOBRE EL PARQUE NACIONAL IGUAZÚ (lado argentino)

Lo mejor es darte todos los sustos al principio y para eso, basta con un desglose de precios:

- Entrada al parque: $ 410 para argentinos, $ 800 para extranjeros y $ 640 para residentes Mercosur. No hay descuento para estudiantes. Está la posibilidad de revalidar tu entrada antes de irte y volver al día siguiente pagando sólo la mitad (no es transferible a otras personas). Para precios actualizados consultar esta WEB OFICIAL.

- Bus de Puerto Iguazú al parque y viceversa: $ 320 ida y vuelta. Podés abaratarlo yendo en bus ($ 180) y volviendo a dedo que suele haber más suerte. El bus es de la empresa Río Uruguay, empieza su recorrido en la terminal de Puerto Iguazú y va haciendo varias paradas a lo largo del camino hasta llegar a la entrada del parque. El recorrido dura 20 minutos.

- Estacionamiento: $ 120 por auto y $ 60 por moto.

- Paseo de luna llena: $ 1.700 por persona.

- Navegación Gran Aventura: $ 2.500 por persona.

Ahora sí, continuo con información más agradable. El parque abre todos los días (incluso cuando llueve) de 8 a 18 hs y se puede ingresar hasta las 16 hs. A diferencia de otros parques nacionales, en este no se puede acampar y la única opción para dormir dentro es en el Hotel 5 estrellas.

Los días de luna llena, al igual que los dos días anteriores y posteriores a esta realizan un Paseo Nocturno que consiste en recorrer el parque con un guía especializado durante 2 horas y disfrutar de las cascadas bajo la luz de la luna.

La navegación Gran Aventura es la más común y se trata un paseo que comienza con un recorrido vehicular de 5 km hasta el Puerto Macuco. Continua con una navegación de 6 km por el cañón del Río Iguazú que te brinda un mayor acercamiento a los saltos y terminar empapado por las cascadas. Hay quienes creen que esta excursión te mete debajo de la garganta del diablo, pero eso significaría morir en el acto. Se realiza todos los días en los siguientes horarios: 8:45, 10:15, 11:45, 13:15 y 14:45 y dura 2 horas aprox.

Es recomendable ir bien temprano, incluso estar un rato antes de que abran la entrada (ya que suele haber algo de cola) y visitar primero la Garganta del Diablo, para continuar sin prisa por los circuitos inferior y superior, hacer alguna navegación o recorrer el Sendero Macuco.

Dentro del parque existe un tren gratuito que te deja en los inicios de sendero y tiene 3 estaciones:

  1. Central, en el ingreso al parque.

  2. Garganta del Diablo, donde comienza la pasarela a la Garganta del Diablo.

  3. Cataratas, desde donde parten el circuito inferior y el circuito superior.

Es un parque ideal para aquellos que no quieren caminar mucho, todos los senderos son cortos y muy sencillos. Actualmente existen 5 habilitados que se pueden recorrer sin guía:

- Garganta del diablo (1100 mts). Se llega al salto más alto y caudaloso del parque que con sus 80 mts es una auténtica maravilla del mundo.

- Circuito inferior (1400 mts).

- Circuito superior (1750 mts). Posibilita ver el arco de saltos de 35 mts de altura y el salto San Martín que con sus 60 mts de caída es el segundo más importante del parque.

- Sendero verde (600 mts). Recorre el tramo entre la estación Central y la estación Garganta del Diablo.

- Sendero Macuco (3700 mts). Que lleva al salto Arrechea.

Importante: llevar protector solar, gorra/sombrero, lentes de sol, repelente para mosquitos y si te molesta mojarte capa de lluvia o similar. No olvidarse el agua ni la comida (dentro del parque todo es más caro).

TODO SOBRE EL PARQUE NACIONAL IGUAÇÚ (lado brasilero)

El lado brasileño lo que ofrece principalmente son las vistas panorámicas de las cataratas ya que el 80% de los saltos se encuentran del lado argentino, por lo que el recorrido es más rápido y más contemplativo (salvo que quieras pagar las excursiones). Hay opiniones muy diversas acerca del lado brasilero, hay quienes les parece mejor que el argentino y quienes creen que no vale la pena. En mi opinión ambos lados están muy buenos y cada uno tiene lo suyo. Yo recomiendo visitar primero el argentino ya que el recorrido es más largo y al día siguiente que estás más cansado aprovechar para conocer el lado brasilero que lleva menos tiempo y podés empezar más tarde.

Para moverte dentro del parque hay un bus gratuito que realiza 3 paradas. Las dos primeras son Pogo Prieto (para recorrer un sendero de 9 km junto con guía -se abona aparte-) y Macuco (para realizar la excursión que incluye un pequeño safari, una caminata y una navegación -también tienen un costo extra-). Y última parada es para ver las cataratas (sin pagar extras). A través de una pasarela de 1200 mts se puede apreciar la vista panorámica del conjunto de cascadas que forman las Cataratas del Iguazú y el broche de oro es la posibilidad de acercarse a la Garganta del Diablo. También hay un ascensor (gratuito) que te lleva a una parte más alta para observar las Cataratas desde arriba.

Foto del 2011 (era el día de mi cumpleaños)

Para ir al Parque Nacional Iguaçu (Brasil) desde Puerto Iguazú (Argentina) existen dos empresas de buses que realizan el viaje diariamente. Una de ella es Río Uruguay y la otra Crucero del Norte. Desde la terminal de buses de Argentina los micros salen a cada hora siendo el primero a las 8:30 y el último a las 14:30. Para regresar, tenés que tomarlo en el mismo lugar donde te dejó, salen a cada hora comenzando el servicio a las 10 y terminando a las 17 hs. También existen agencias de viajes que ofrecen tours con transporte y guía incluido. Llevar DNI o pasaporte porque hay que hacer migraciones.

Los precios de los tickets de ingreso al parque son: para ciudadanos brasileros 43 reales, para adultos del Mercosur 57.75 reales, para menores del Mercosur 11.55 reales, para adultos Extranjeros 73.50 reales y para menores Extranjeros 11.55 reales. Estos precios incluyen el bus que te lleva desde el ingreso del parque hasta los saltos (no se puede recorrer el parque con vehículo propio).

Para el lado brasilero aplican los mismos consejos que en el país vecino: llevar crema solar, gorra/sombrero, lentes de sol, repelente, capa de lluvia o similar, agua y comida. No te olvides el DNI o pasaporte y NO alimentes ni perturbes a los animales.

¿QUÉ HACER EN PUERTO IGUAZÚ?

Además de visitar una de las 7 maravillas del mundo hay varias propuestas para completar tu estancia. Voy primero con las gratuitas:

1. Hito de las tres fronteras: es un punto geográfico localizado en el cruce de las fronteras entre Argentina (Puerto Iguazú), Brasil (Foz Iguaçu) y Paraguay (Ciudad del Este). Desde este sitio se puede contemplar los tres países y la confluencia de los ríos Iguazú y Paraná. Además, hay un mercado de artesanías para comprar algún recuerdo y los atardeceres son preciosos.

2. Salto mariposa: a este saltito de agua se accede por un sendero bastante oculto que se encuentra frente a los baños del hito de las tres fronteras (lado argentino). También podés acceder al río y descansar en la orilla mientras contemplas el verdor de las tierras paraguayas.

3. La Ferinha: según mis padres, el mejor sitio para comer aceitunas rellenas y empanadas. Se trata de mercado callejero de comida donde se pueden degustar diversos platos típicos de la región.

Las opciones pagando son:

4. Bar de hielo: entrada argentinos $ 350 y extranjeros $ 450 (incluye una bebida). Como indica su nombre, es un bar que está a -10 C y todo es de hielo. No tenés que preocuparte por el frío ya que ellos te dan la campera para que pases el rato. Abre todos los días de 14 a 00 hs y se encuentra sobre la ruta n° 12, km 4,5. Podés ver más información del lugar en su WEB OFICIAL.

5. La Aripuca: el nombre de este sitio significa trampa en guaraní y se trata de un parque temático construido con troncos de árboles protegidos que fueron “rescatados” con el fin de crear conciencia sobre los recursos naturales. Además de ver la trampa guaraní de 17 mts de altura, podes probar el helado de yerba mate. La entrada al sitio cuesta $ 150 y abre todos los días de 9 a 18 hs. WEB OFICIAL.

En Brasil podés conocer 6. El Parque de aves y 7. La Represa Hidroeléctrica Itaipú (considerada la segunda mayor productora de energía del planeta).

En Paraguay tenés la opción de visitar 8. el mercado de Ciudad del Este y comprar todo lo que se te ocurra a precio accesible. Eso sí, muchos de los productos son imitación y hay que andar con cuidado para que no te estafen.

¿DÓNDE DORMIR EN PUERTO IGUAZÚ?

La oferta hotelera es muy variada. El pueblo de Puerto Iguazú está formado principalmente por hoteles y servicios destinados a los turistas. Muchos de los hoteles más renombrados se encuentran sobre la ruta camino al parque nacional y como están alejados del centro suelen ofrecer media pensión. Por otro lado, en el centro del pueblo suelen estar los hoteles de 3 estrellas y bajando, además de posadas y hostels. Dentro de las opciones más económicas están los hostels y camping. Nosotros nos alojamos en el Camping Modista que está a 5 cuadras de la calle principal y nos costó $ 150 por día. Es un sitio muy natural, con cocina a leña y piscina.

¿CUÁNDO IR A PUERTO IGUAZÚ y LAS CATARATAS?

Es un destino que se puede visitar todo el año ya que el parque abre todos los días. No obstante, mi consejo es evitar los fines de semanas largos, porque suele ser la típica elección para una escapada de 3 días y se llena de gente. Debido a las temperaturas elevadas, a la temporada de lluvia y a las vacaciones, también es bueno evitar el verano (de enero a febrero). Pero la verdad, el sitio está muy bueno, forma parte de las “7 maravillas del mundo” y por consiguiente mucha gente va a conocerlo, con lo cual turistas nunca faltan.


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