Loreto
- Nomadea
- 25 ene 2018
- 4 Min. de lectura

Después de mucho pensarlo, decidimos abandonar las playas de Bahía Concepción y nos fuimos a Loreto (93 km por ruta federal n°1).
Es la antigua capital de las Californias, fue fundada por los jesuitas y aún poseen varias construcciones de la época. Es una ciudad muy bonita, donde vas a encontrar una mezcla de historia, naturaleza, playa y belleza.

Llegamos de noche (ideal para unos taquitos), dimos un corto paseo por la Plaza de Armas y fuimos a buscar un sitio para cenar que no sea muy turístico y que coman los mexicanos (hay muchos restaurantes top puestos para extranjeros).
Nos costó un poco encontrar un lugar así en el centro, pero finalmente dimos con el adecuado (me salí con la mía, jeje). Cenamos en un garaje (preparado para servir comidas) por la mitad de precio que en los otros restaurantes y el doble de rico (esto último no lo corroboré, pero los tacos estaban buenísimos).
Acá fue la primera vez que me preguntaron si quería la limonada mineral o natural. Mmmm… ¿Me podría repetir la pregunta? Porque para mí mineral significa que es de manantial (no la común de la canilla) y natural se refiere a la temperatura ambiente (no de heladera), con lo cual son dos cosas que se pueden dar a la vez y no deberían elegir entre una u otra.
Por las dudas pregunté cual era la diferencia y ahí fue cuando me enteré de que para ellos mineral es con gas y natural sin gas. Ufff… menos mal que me saqué la duda antes de responder. Quienes me conocen, saben que no tomo bebidas con gas y que algo así podría arruinar mi delicada garganta jaja.
Nuestro paseo matutino empezó en la Plaza de Armas. Un dato importante, tiene WIFI GRATIS y toma corriente (gritos de festejo). Llevábamos días perdidos entre playas hermosas y sin conectarnos, por lo que pasamos más tiempo en la plaza de lo que realmente es necesario para apreciar su belleza.
Además del Internet, había un mercado de artesanías y comida local. Las calles que la rodean son muy lindas, están empedradas, tienen árboles, flores, casas antiguas, restaurantes y bares. Frente a la plaza está el Palacio Municipal que alberga una exposición de murales muy buenos sobre la historia de las Californias, entre otros. Allí, también está la oficina de turismo, donde con mucho gusto te cuentan las cosas que hay para conocer en Loreto y los alrededores.

Sobre la av. Salvatierra encontrás la iglesia Misión Nuestra Señora de Loreto, fue la primera fundación jesuítica que se estableció en la península y el Museo de las Misiones. A este último no entramos, pero cuesta $ 50 por persona y es gratis si vas con carné de estudiante (incluso siendo extranjero). Lo curioso fue que el señor de la entrada, al parecer, tenía mucho interés en que conociéramos el museo y nos regateó el precio (ÉL A NOSOTROS).
El día estaba muy lindo como para estar en el museo viendo objetos antiguos de las misiones, así que nos mantuvimos firmes en nuestra decisión y nos fuimos a pasear al malecón.
Está todo reformado, con palmeras que enmarcan el paseo (un poco altas para que te den sombra), hay un monumento al tiburón ballena y otro a los lobos marinos. Hay baños públicos gratuitos (algo poco común en México), limpios y recién estrenados.
La costa está declarada Parque Nacional de la Bahía de Loreto. En la zona del muelle te van a ofrecer miles de paseos para ver el tiburón ballena (de diciembre a febrero), la ballena azul (entre enero y marzo) o los delfines Estas excursiones las contratas en las agencias de viajes o directamente con los lancheros.
Si querés conocer parte de la fauna local sin contratar una excusión, podés ver garzas y tucanes en el muelle (algo que nunca falla) y también son interesantes. Es común verlos en los bordes de los botes o sobre rocas pescando.
La playa de Loreto se encuentra pegada al muelle y cuenta con sombrillas, es angosta pero ideal para refrescarte después del paseo bajo el sol por el malecón (incluso en invierno hace calor).
NOPOLÓ Y MIRADOR FRIDA

En la oficina de turismo nos recomendaron visitar, el poblado Nopoló, el mirador Frida, San Javier (un antiguo pueblo jesuita a 38 km) y la Sierra de la Giganta (donde hay pinturas rupestres). Estas dos últimas nos quedamos con ganas de conocerlas (sobre todo la sierra, porque nos mostró unas fotos muy buenas de ese lugar), será para la próxima.
Nopoló es una especie de barrio privado (aunque puede entrar todo el mundo) ubicado a 9 km de Loreto.
Nosotros casi nos volvemos porque, después de pasar la entrada hay varias rotondas y no está bien señalizado el camino. Encima no veíamos nada (ni casas ni salida a la playa), pero finalmente llegamos a la zona habitada y por suerte conocimos ese precioso lugar.
Es un mundo totalmente ajeno a México, preparado para recibir a estadounidenses y canadienses, muchos de ellos viven allí. Tiene seguridad privada que habla inglés.
Sobre la avenida principal (por donde ingresamos) hay comercios (son más caros que los de Loreto). Las callejuelas son mágicas para pasear, aunque es muy fácil perderse. Un lujo que eso te pase en un sitio como este, con casas coloridas de estilo colonial, adornadas con farolas y jardines llenos de plantas del desierto. Algunas calles tienen acceso a la playa que está buena, es amplia, de arena oscura y mar calmo. Hay una piscina exclusiva para quienes viven ahí y también un campo de golf de 18 hoyos con un puente (la imagen de Nopoló).
Un sitio ideal si buscás lujo, restaurantes de categoría, comodidad, tranquilidad y seguridad. No es necesario salir, tiene todo lo que necesitas.
Después de codearnos con la alta sociedad (algo poco común en nosotros) y comer helado, fuimos al mirador Frida ¿Se llamará así en honor a la mexicana Frida Kahlo?
Desde este punto tenés una vista preciosa para disfrutar de los acantilados de la costa, el azul intenso del mar de Cortés y las islas. Perfecto para sacar una foto de postal (y comerte un taquito, porque hay un puesto de comida).

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