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Bangkok, bienvenidos al sudeste

  • Foto del escritor: Nomadea
    Nomadea
  • 7 mar 2018
  • 10 Min. de lectura

Actualizado: 4 dic 2020


Bajamos del avión vestidos de invierno y nos recibió el pesado aire caliente acompañado de su inseparable amiga humedad (veníamos del frio de Tokio). Tremendo golpe de calor, una vez hechos los papeles migratorios lo primero que hicimos fue ponernos ropa fresca.

Si en el último mes estuviste en un país considerado zona de riesgo de contraer fiebre amarilla (por ej Argentina), antes de ir al puesto de migraciones debés ir al mostrador que está al inicio de las cintas donde hacen la cola para migraciones. Allí tenés que completar una planilla y mostrar el comprobante de que tenés la vacuna.

En migraciones todo fue rápido, no tuvimos que pagar el visado, no nos hicieron preguntas ni nos pidieron el boleto de salida (menos mal porque no teníamos). En un minuto nos pusieron el sello en el pasaporte y ya estábamos legalmente en Tailandia.

En Bangkok hay muchas motos y caños de escape rugiendo a la vez y convierten esta ciudad en un sitio difícil para conversar en la calle. Hay bastante tráfico, pero prácticamente no tocan la bocina, así que no creo que el embotellamiento sea la razón del ruido, yo llegué a la conclusión de que la atmósfera en este sitio hace que los sonidos de los vehículos se potencien (¿será eso posible? Mmmm… jaja).

Toda la ciudad parece un gran mercado sin fin. La venta callejera es una de las principales características de este país y podés encontrar de todo en estos puestos, lo que predomina son la ropa, la comida, las frutas y las verduras. Nosotros visitamos varios y vale la pena recorrer las callejuelas, tienen su encanto y son económicos. Los más característicos son el mercado flotante de Chao Phraya y el mercado sobre las vías del tren.

Hay muchos templos, al principio nos encantaban y queríamos ir a todos, después nos fuimos acostumbrando y perdimos un poco en interés en ellos (también en las estatuas de Buda a quien vimos posando de distintas maneras). Es una arquitectura tan diferente a la que estábamos acostumbrados a ver y su decoración es tan llamativa (muy cargada y con colores brillantes) que es normal que eso pase, pero todo se supera y llega un momento en que te parece algo bonito y común. En los principales templos (los que visitamos todos los turistas) cobran entrada y exigen código de vestimenta. Más abajo te explico cómo debes ir vestido para visitar a Buda.

Nuestro primer día nos lo tomamos tranquilo y caminamos por la zona del hotel y algunos parques. Todavía nos estábamos aclimatando al sitio y tuvimos que descansar varias veces a la sombra porque el calor nos sofocaba. Conocimos el parque Santi Phap que se creó para conmemorar el fin de la Segunda Guerra Mundial y su nombre significa “paz”. Está muy lindo, tiene una laguna y hay varios árboles de mango grandes que refrescan el lugar. Lo mejor es la huerta y los espantapájaros.

Gran parte de la tarde la pasamos en el parque Lumphini, el principal de la ciudad. Es muy grande y vas a encontrar a mucha gente haciendo deporte y corriendo.

Lo mejor es ir cuando empieza a bajar el sol para ver a los lagartos gigantes (si no los haces enojar, no son peligrosos). Cuando fuimos nosotros había profesores de aeróbica y muchísimas personas siguiendo la coreografía.

Lo más curioso que vimos fue que a las 18 hs en punto pusieron el himno y todos los del parque se quedaron inmóviles hasta que terminó. Los que estaban sentados se pararon, lo que iban corriendo se detuvieron y quienes iban en bicicleta bajaron para estar firmes mientras escuchaban la canción. Era como si de repente se hubiera detenido el mundo.

Este día comí la pizza menos sabrosa de mi vida. Se nos había pasado la hora del almuerzo (la mayoría de los puestos estaban cerrados), así que fuimos al supermercado y compramos dos porciones que tenían muy buena pinta (aunque distinta a la que acostumbramos a comer). Con las mejores expectativas y un hambre tremendo probamos esa pizza que terminó siendo (para describirlo un poco) pan con mayonesa, salsa de tomate y algunas verduras. No había nada de queso en ella y siendo sincera creo que la comimos sólo porque nos hacía ruido la tripa, aprendimos para la próxima… por más apetitosa que se vea la pizza en Tailandia, no la vamos a probar.

Para dejar atrás ese momento, como postre disfrutamos de una excelente rodaja de sandía de la calle (hay puestos de frutas cortadas por todos lados).

El siguiente día fue más agitado, después de la lluvia matutina (duró 30 minutos), nos fuimos en colectivo hasta el Palacio Imperial. Nos vestimos de acuerdo con el código de vestimenta porque habíamos leído en varios sitios que te ponen problemas a la entrada (como si fuese un boliche). Efectivamente así era, había un hombre controlando en la puerta y si no estabas correcto, no te dejaba pasar. Son un poco más exigentes que en los templos, con una chalina en los hombros no te permiten ingresar.

El sitio está muy bueno, vale la pena pagar los 500 baht de la entrada y es una visita obligada si estás en la capital. A veces fastidia un poco es que haya tantos turistas (más que nada por las fotos), pero es normal siendo uno de los sitios más famosos y con mayor cantidad de templos juntos de Bangkok.

Todo nos encantaba, los techos rojos, azules y verdes, las cúpulas, las estatuas, todo… Cada vez que movíamos los ojos hacia otro lugar nos parecía más lindo que el anterior y era casi imposible resistirse la tentación de sacar una nueva foto. En muchos de templos no está permitido entrar, el más importante (podés ingresar, pero no sacar fotos) es el Templo del Buda Esmeralda que en el altar tiene un Buda hecho de una sola piedra de jade semiprecioso. También hay galerías con cuadros que representan hechos del Ramakien, sobre la lucha entre Tosakanth (el rey de los demonios) y el rey Rama. Son muy llamativos ya que tienen detalles en dorado.

Nuestro paseo siguió por el Wat Pho, mejor conocido como el templo del Buda Acostado. Está justo al lado del Palacio Imperial y podés ir caminando perfectamente. En este lugar, hay un inmenso Buda dorado reposando. Lo más sorprendente de él son las plantas de sus pies con las huellas digitales resaltadas. No solo está Buda, también hay otros templos y jardines con fuentes de agua y esculturas muy lindas.

A una cuadra del templo Wat Pho está el embarque desde donde salen las balsas que te llevan al otro lado del rio (4 baht). Nosotros la tomamos para ir al Wat Arun (templo del amanecer) y te deja prácticamente en la puerta. Lo característico de este templo es su torre de 84 metros inspirada en el templo de Angkor en Camboya, a diferencia de los otros que vimos este era blanco y podías subir las escaleras para tener una buena vista del templo con el río de fondo.

Al parecer, nosotros éramos tan lindos como el lugar, porque una pareja de chinos (imagino yo, no les pregunté de dónde eran) nos pidieron sacarse una foto con nosotros. Me gustaría saber qué historia inventan cuando muestren esa foto a sus amigos jeje.

Como no estábamos muy cansados, decidimos volver caminando al hostel (estaba un poquito lejos) y así conocer barrios de la ciudad que estaban fuera del circuito turístico. Estuvo bien la caminata, no vimos nada extraño, pasamos por el barrio chino (Sampeng) que antiguamente era la zona de las prostitutas y fumadores de opio, hoy es un inmenso mercado.

Un nuevo día para pasear, esta vez salió algo improvisado. Temprano en la mañana nos fuimos a la zona de Khaosan Road, que es donde se concentran principalmente los turistas porque están la mayoría de los alojamientos baratos, además hay muchos restaurantes y como siempre un mercado.

No teníamos nada que hacer ahí, así que nos fuimos a conocer el Buda Gigante de Pie (las mil y una poses de Buda) en el Wat Inthrawihan. La entrada es gratuita, nosotros no lo pudimos ver muy bien porque lo estaban arreglando y los andamios nos tapaban un poco, pero sin duda era inmenso.

Según los carteles, va a estar en reparación hasta marzo del 2018 (ya debería estar casi terminada).

También hay un recinto con urnas funerarias y en una especie de capilla está la estatua de cera de un monje (el más famoso de los últimos tiempos) está hecho a tamaño real y recostado, da impresión porque parece de verdad.

En busca de un parque donde tirarnos a la sombra de un árbol, llegamos a Ananta Samakhom Throne Hall, que es el salón del trono. Era fin de semana (no se si será así todos los días) y había una especie de evento o algo por el estilo. No pudimos pasar a ver de qué se trataba porque pedían pasaporte (máxima seguridad) y no lo teníamos encima. Era un edificio de estilo europeo, muy grande.

De ahí nos fuimos al Wat Benchamabophit, ubicado a una cuadra, cobran entrada (40 baht) y lo poco que hay para ver se puede apreciar desde afuera. Duramos poco ahí, en menos de cinco minutos recorrimos todo.

El paseo venía un poco frustrado y para cambiar la suerte nos fuimos a conocer la pagoda más alta, el Wat Saket o mejor conocida como Golden Mount Temple. Es una colina artificial y la escalera que te lleva a la cima tiene 300 escalones, suena cansador, pero son escalones muy bajos.

Es un buen sitio para tener una vista panorámica de la ciudad y tocar campanas (en las escaleras hay muchísimas).

Para terminar el día y despedirnos de la ciudad, cenamos un pad thai en el restaurante Thipsamai que está a un par de cuadras del Golden Mount, es un sitio que nos habían recomendado y que tiene menciones en muchos libros de viajes (es famoso). Es más caro que la media, pero vale la pena. Sólo sirven pad thai y hacen uno de los mejores. Hay que ir temprano (abre de 17pm a 2am) porque se forma una larga fila.

El pad thai es una comida típica de Tailandia que lleva fideos de arroz, huevo, algunas verduras, una salsa riquísima, camarones y para darle el toque final le podés agregar maní picado.

El día que nos íbamos la ciudad se puso muy triste y el cielo se largó a llorar tanto que tuvimos que estar casi 2 horas en un puente techado esperando que mengüe. La gente corría por la calle y en el puente había muchos turistas haciendo vídeos (al parecer nunca habían visto llover tanto). Lo más curioso era ver a las personas caminando con una bolsa en la cabeza.

¿CÓMO IR DEL AEROPUERTO A LAS ZONAS TURÍSTICAS?

Hay buses que pasan por la puerta del aeropuerto que te llevan a la zona céntrica. Son las líneas A1, A2, A3 y A4, depende dónde tengas que ir es el que elegís. Nosotros teníamos reservado un hotel en el barrio Pratunam y usamos el A4 que para en la puerta n°5 del aeropuerto y nos dejó a 20 cuadras del hostel. Desde allí podíamos tomar otro colectivo que nos dejaba en la esquina del hotel, pero preferimos ir caminando para ir conociendo un poco la zona.

El boleto se paga en efectivo y arriba del bus, una señora pasa cobrando. Podés subir al colectivo por cualquier puerta, no se aplica la regla de la puerta de adelante es para subir y la de detrás para bajar.

Nosotros para saber qué buses tomar en Bangkok, usamos la aplicación Moovit. No le teníamos mucha fe, pero la verdad que siempre nos indicó la forma correcta de ir de un lado a otro en colectivo. Para mi es una buena opción el bus ya que no tenés que andar regateando el precio del tuk-tuk y es más económico.

¿DÓNDE CAMBIAR DINERO?

Según el cartel del hostel en el que dormimos, el mejor tipo de cambio está en las casas Super Rich, hay por todos lados y en base a las comparaciones que hicimos realmente pagan mejor que en otros sitios. El precio del dólar depende del valor del billete que vayas a cambiar (no del importe total de la transacción), los de 50 y 100 son los que más valen y los de 5 y 10 los que menos.

Ojo, hay una casa de cambio que se llama Super Rich Thailand que tiene el logo de color verde, no es la misma que Super Rich (con logo naranja) y tienen el tipo de cambio un poco peor. Es muy fácil confundirse porque tienen prácticamente el mismo nombre.

Siempre que vayas a operar en estas casas te van a pedir el pasaporte, no olvides llevarlo.

VESTIMENTA PARA VISITAR TEMPLOS

En los templos y en el Palacio Imperial tienen un código de vestimenta que los turistas también deben respetar, de lo contrario no te dejan ingresar a esos sitios. Es bastante básico, tanto hombre como mujeres deben tener la espalda y los hombros tapados (podés ir en manga corta siempre y cuando no muestres de más), los pantalones o pollera deben llegar por debajo de las rodillas y no está permitido usar gorro.

En el Palacio Imperial no te permiten ponerte una chalina en los hombres, debe ser si o si remera o camisa, en los templos no tienen problema con esto.

Lo bueno es que en la puerta de estos lugares hay vendedores que alquilan o venden pantalones y remeras que cumplen con estos requisitos. Tienen el mismo precio que en los demás mercados, si saliste distraído a pasear, no te preocupes que hay una solución fácil.

CUIDADO AL CRUZAR LA CALLE

Es muy importante recordar los sabios consejos que nuestros padres nos daban cuando éramos niños “mirá a ambos lados antes de cruzar la calle y si viene un auto no cruces hasta que frene, aunque tenga el semáforo en rojo para él”. En este caso no hay que temerle tanto a los autos, sino a las motos, porque no respetan nada. La luz roja ellos siempre la ven verde, no tienen problema en subirse a la vereda si hay embotellamiento y tampoco les importa ir en contra mano. Ello son los reyes de la ciudad y no respetan ni a los policías de tráfico que en vano intentan detenerlos.

Si hay puentes (que hay bastantes), lo mejor es usarlos, aunque te de fiaca subir escaleras, de esa manera vas a tener más probabilidades de llegar con vida al otro lado de la calle jeje (un poco exagerado).

AGUA PARA BEBER

En Tailandia en general, el agua de la canilla no es apta para beber, de todos modos, en Bangkok hay algunos bebederos públicos en los que el agua está bien. Si no te animas a usarlos, podés rellenar botellas en las máquinas de la calle, cuesta 1 baht el litro y se paga con moneda.

LLUVIA

Son frecuentes los chaparrones tropicales, nosotros fuimos en febrero y tuvimos uno casi todos los días. Solamente vimos una lluvia fuerte que duró 2 horas. Una vez para de llover, por más que se haya venido el cielo abajo, la ciudad se seca rápido y podés disfrutar del resto del día sin problema.

RESUMEN DE SITIOS PARA VISITAR EN LA CIUDAD

- Parque Santi Phap: gratis. Tiene un lago y una pequeña huerta.

. Parque Lumphini: gratis. Lagartos gigantes en el lago y gente haciendo ejercicio.

. Palacio Imperial: 500 baht. Abre todos los días de 8.30 hs a 15 hs. Tiene templos, jardines, murales históricos y el Buda Esmeralda.

. Wat Pho: 100 baht. Templo del Buda gigante acostado y tiene jardines muy lindos.

. Wat Arun: 50 baht. Es el templo del amanecer, a orillas del río. Un catamarán colectivo (4 baht por tramo) te deja en la puerta.

. Wat Inthrawihan: gratis. Tiene un Buda gigante de pie y al venerado monje de cera a tamaño real reposando.

. Barrio chino (Sampeng): está en la calle Yawara y tiene callejuelas donde está el mercado.

. Ananta Samakhom Throne Hall: alberga un museo.

. Monte dorado: 100 baht. Una pagoda sobre una colina artificial. Para tener vistas panorámicas de la ciudad.

. Mercado flotante Chao Phraya: abre todos los días salvo los festivos, está bueno ir de día y de noche.

. Mercado sobre la vía del tren.


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