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Aristóbulo del valle, entre cascadas y montes

  • Foto del escritor: Nomadea
    Nomadea
  • 1 nov 2019
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 14 dic 2021


Comienza el regreso al punto de partida, abandonamos la ruta nacional n° 12 y nos sumergimos en la ruta nacional n°14 en busca de nuevas experiencias. Nuestro destino, Aristóbulo del Valle, la capital de los saltos, el hogar de las aves, el sitio donde conviven animales y plantas. Paseamos entre verdes colinas y saltos de agua que caracterizan el paisaje selvático del nor-este argentino. Las mariposas revolotean mientras nuestros pies no paran de avanzar por los largos caminos de este pequeño pueblo. Dejamos nuestra huella en la húmeda tierra colorada y el paisaje deja la suya en nuestra memoria.

212 km y varios días hicieron falta para secar todo lo se había convertido en verduras de sopa la última noche que acampamos en Puerto Iguazú. Nuestra carpa, que tantas tormentas había soportado, no pudo contra la rebeldía de la selva y en menos de una hora terminamos durmiendo con nuestras cosas arriba de las colchonetas inflables. Como dicen que después de una gran tormenta viene la calma, pusimos todas nuestras esperanzas en que las cosas fuesen diferentes en Aristóbulo del Valle. Pero la verdad es que la selva no sabe de refranes y en Aristóbulo también nos encontramos con lluvia. Para terminar con el dramatismo, aunque hayan caído algunas gotas, el clima se portó bastante bien y paseamos todos los días.

NUESTRA EXPERIENCIA EN ARISTÓBULO DEL VALLE

Llegamos a la popularmente conocida "Capital de los Saltos y Cascadas", que entre vegetación y montes nos recibió con el suelo mojado y el cielo despejado. El bus hizo su entrada triunfal en esta pequeña ciudad de construcciones antiguas, calles poco transitadas y una estación sin oficina de turismo. Cambiamos de ruta, pero el paisaje se repetía, montes verdes de tierra colorada, caminos empinados y arroyos con caudal suficiente para que en otros países los llamen ríos caudalosos.

Con las mochilas al hombro nos pusimos a caminar sin saber a dónde ir, hasta que un policía nos guió en el buen camino y llegamos al parador turístico donde nos informamos de recorridos y sitios para acampar. Además de sorprenderme porque la oficina de turismo estaba a 1 km de la terminal de buses y sobre la ruta nacional n°14, llamó mi atención que el lugar más cercano para acampar se encontrase a 5,5 km del pueblo y que no hubiera transporte público que te acercase. Pero esto no es todo, también para ir al resto de atractivos turísticos debíamos tomar taxis y las distancias eran mucho más que 5 km. Estas cosas despertaron en mi cabeza varias preguntas como: ¿los turistas que viajan en bus saben todo del destino antes de llegar? ¿es un sitio accesible sólo para gente que viaja en su propio vehículo? ¿la cantidad de taxistas es suficiente para transportar a todos los viajeros sin auto en temporada alta? ¿los locales sin permiso de conducir cómo hacen? Esta última cuestión es bastante triste, porque además de cascadas que atraen turistas, por esos caminos viven chicos que caminan kilómetros para ir a la escuela todos los días... Aunque el centro de Puerto Iguazú da la sensación de ser un sitio muy próspero, la realidad de la provincia es otra.

Acampamos en El Cañadón, un lugar muy bonito rodeado de naturaleza y situado a metros del arroyo. Era temporada baja y los que manejaban el camping nos dejaron solos con todo a nuestra disposición junto con dos bolsas llenas de frutas para el tereré. Como nos habíamos convertidos en fanáticos de esa bebida fría a base de yerba-mate, eso fue lo que hicimos en nuestra corta estancia, tomar tereré mientras contemplábamos los saltos de agua.

La primera caminata fue para conocer el Salto Lagarto. El sendero inicia en el complejo de El Cañadón y se adentra en el monte donde los árboles brindan sombra y proveen de frutas regionales a insectos, aves y humanos. Hay un punto panorámico para contemplar el valle del Cuña Pirú que parece gustarle mucho a las mariposas porque el ratito que estuvimos allí no pararon de revolotearnos.

El siguiente día nos aventuramos a caminar y fuimos al Parque Provincial Salto Encantado para conocer la cascada principal del arroyo Cuña Pirú. En la entra del parque hay puesto de artesanías, pero calculo que asustados con la amenaza de tormenta ese día no abrieron. Sin nada con qué entretenernos, fuimos directos a ver el entorno natural y para nuestro asombro, lo primero que nos encontramos fue el Encantado con sus 64 metros de caída libre que permiten a sus aguas continuar camino por el profundo cañón. Tras esta bienvenida y sin hacerle mucho caso a la advertencia del aguarda-parques, penetramos en el sendero agreste que lleva al salto La Olla y la cascada el Picaflor. El primer tramo es muy sencillo, pero la segunda parte es más empinada y después de varios días de tormenta abunda el barro y todo se vuelve más complicado. El riesgo valió la pena y la lluvia dio lugar al nacimiento de variedad de hongos que enriquecieron nuestro paseo y las cascadas solitarias rebosaban de agua. Continuamos por otro sendero mucho más sencillo que nos permitió acceder al salto Acutí y al rústico mirador del salto Escondido. Rodeados de naturaleza nos quedamos meditativos mirando el salto hasta que la luz empezó a escasear y regresamos al camping. Depender de un taxi nos llevó a tomar la decisión de marcharnos de Aristóbulo del Valle antes de lo previsto y a pesar de que nos hubiera gustado conocerlo mas a fondo.

¿QUÉ HACER EN ARISTÓBULO DEL VALLE?

La lista de los imperdibles se resume casi exclusivamente a saltos de agua. Tener en cuenta que hay muchos más, pero estos son los más cercanos a Aristóbulo del Valle. Recordar que no hay transporte público para acceder a estos sitios:

1. Salto Lagarto: en el km 934 de la ruta nacional n° 14 se encuentra el desvío que lleva a El Cañadón, donde comienza el sendero de libre acceso. La caminata es por un camino de 1.500 metros bien señalizado y muy sencillo que lleva a esta caída de agua rodeada de vegetación. Si bien no es el más impresionante de la zona, es un sitio bonito para pasar un rato y renovar energías a la sombra. No es posible bañarse.

2. Parque Provincial Salto Encantado: se encuentra en la Villa Salto Encantado, sobre la ruta provincial 220. Existen buses urbanos que te dejan en su estación y desde allí hay que caminar 3,5 km hasta la entrada al parque. El ingreso cuesta $ 20 por persona.

El parque está formado por 5 saltos Acutí, Escondido, Picaflor, la Olla y Salto Encantado, siendo este último la joya de la zona y el más alto con sus 64 metros de caída. Este conjunto de cascadas está rodeado por una exuberante vegetación selvática donde habitan infinidad de insectos y aves. Cuenta con un sendero de madera que permite tener distintas vistas panorámicos del salto Encantado y el cañón. Existen además 3 caminos de tierra que llevan al resto de saltos.

3. Salto Piedras Blancas: el acceso se encuentra en el km 937 de la ruta nacional n° 14, a 12 km de Aristóbulo. Las dos piedras pálidas que se encuentran en el inicio de la cascada dieron nombre a esta caída de agua. Se puede acceder al curso del río por una escalera y está permitido nadar. El predio cuenta con un camping ($ 100 por persona + $200 la carpa), cabañas y un área de servicios.

4. Salto Alegre: localizado muy cerca del salto Piedras Blancas, es una cascada de 20 metros que cuenta con gran caudal durante todo el año. Es el más agreste de todos y el menos visitado, por lo que la tranquilidad está garantizada.

5. Sendero interpretativo eco-cultural comunidad Yvytu Porá: se encuentra a 15 km de la ciudad de Aristóbulo del Valle, sobre la ruta nacional n° 7. Es un recorrido de 1.30 hs guiado por un miembro de la comunidad a través de la selva para conocer tanto la flora y fauna del lugar como las costumbres del pueblo Guaraní-Mbya, su forma de cazar, las plantas medicinales que utilizan y sus danzas.

6. Parque Lineal Cainguás: ubicado en el centro de la ciudad, se trata de un extenso parque en el que conviven esculturas y vegetación en un terreno de marcado desnivel. No es un imperdible de Aristóbulo, pero complementa la visita al supermercado.

¿DÓNDE DORMIR EN ARISTÓBULO DEL VALLE?

Los alojamientos se encuentran mayoritariamente en las afueras de la ciudad, rodeados de naturaleza y tranquilidad. Abundan las cabañas y los campings.

RECOMENDACIONES

Llevar repelente para mosquitos, buen calzado, piloto de lluvia, gorro y protector solar a todos los paseos. Transitar los senderos en silencio y con los ojos abiertos para ver la fauna del lugar.


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