Colón, ciudad de recuerdos
- Nomadea
- 28 nov 2019
- 8 Min. de lectura
El viejo y conocido amigo Colón se hace presente en nuestra ruta por el noreste argentino. Tierra de recuerdos, de reencuentros y nuevos momentos. Donde el río marca el inicio de la temporada de verano y se adueña de los turistas acalorados.

De Oberá a Colón hay un largo trecho y por el camino pasaron varias cosas: cruzamos caminando a Brasil, para visitar un pueblo desolado y resacoso tras los festejos de carnaval, del cual marchamos corriendo cuando el hambre no pudimos apaciguar. Nos pusimos por primera vez nuestros anillos de compromiso (el tapón de un tetrabrik y un mosquetón) para hacer la foto de las invitaciones a nuestro casamiento. En una pizzería de Chajarí conversamos largo rato con una familia encantadora mientras esperábamos nuestra docena de empanadas. Cuando el sol todavía no estaba en lo alto, cruzamos una gitana por la calle que simpatizó con Parruli por ser español (España tiene una comunidad grande de gitanos). También conocimos a un policía de la Federal que nos contó una historia muy bizarra: resulta que hace unos años se reencontró con una amigovia del pasado y que esta chica le contó que iba a hacerse una inseminación artificial porque quería tener un hijo SOLA. Él para ayudarla le ofreció su cuerpo para aplicar el método tradicional y después de 9 meses el bebé nació. Pero la cosa es tan enroscada que al final el policía estaba molesto porque la madre del bebé no lo dejaba hacerse cargo...
Después de todos estos buenos ratos llegamos a Colón para dar la primera puntada de cierre este viaje de 2 meses por la Mesopotamia argentina y concluir la costura en Rosario, donde todo recomenzó. Miro hacia atrás y recuerdo la ruta que planeamos antes de salir y que desarmamos al andar. Si miro un poco más lejos, aparecen en mi mente imágenes de hace 2 años cuando comenzamos el viaje por la Patagonia, el cual tenía como punto final Misiones, nuestro objetivo era unir de suroeste a noreste el país. El tiempo calendario, las motivaciones y las decisiones nos llevaron a hacer un alto en Rosario. Durante más de 720 días el proyecto estuvo ahí estacionado, esperando a que nos decidiéramos convertirlo en un hecho y eso fue lo que hicimos. Porque la vida es así, las cosas toman tiempo en madurar, llevan su propio ritmo y camino, pero si no las abandonamos se concretan. Al fin y al cabo, todos los caminos van a Roma.
Hacía más de 8 años que no pisaba este lugar y encontré una buena excusa para regresar. Para Parruli todo era desconocido, pero para mí Colón fue durante mucho tiempo sinónimo de vacaciones, de reencuentros familiares, de risas entre amigos, de baños en el rio, de asados comunales, de carpa con dos habitaciones, salón-comedor y heladera, de noches de casino, de fiestas de la espuma, de “brujerías” para evitar la lluvia, de sapos llamados Ramón… Así era Colón, divertido, agreste y acogedor.

NUESTROS DÍAS EN COLÓN
Como siempre, Toti nos estaba esperando para darnos la bienvenida y de camino a su casa nos mostró la ciudad y nos puso al día con los chismeríos de la política local. Mi vista iba clavada en esas calles desoladas que evidenciaban la temporada otoñal. Pasamos por la avenida principal donde más de un local había cambiado de nombre y rubro. Un shopping resalta en la arquitectura colonial y el antiguo colegio se había convertido en un restaurante. El camping donde solíamos acampar ya no estaba. Había un nuevo balneario frente al complejo termal y aunque no era enero, el río estaba crecido. La casa de Toti seguía igual, al contrario de su jauría de perras domesticadas que se había reducido a dóciles mascotas falderas que se alegraban al verla pasar.
Todo estaba tan cambiado… sin embargo la esencia es la misma. Como cada verano, los campings esperan a que baje el río para lanzar la temporada. Los árboles de la playa continúan en la costa rivereña para los amantes de los mates a la sombra como mi mamá. La tradicional fiesta de la artesanía que año tras año da pérdidas e indigna a Toti se sigue celebrando en febrero. Pero… ¿qué habrá sido del churrero que hacía piruetas en la playa? ¿y del vendedor de burbujeros que ofrecía su producto diciendo “compre esta porquería”? Historias que nunca sabremos….
El otoño avanzado se hizo notar y ni un día nos pudimos bañar en las nostálgicas aguas del río Uruguay. Sin embargo, los paseos por las playas arcillosas y arenosas no faltaron. Como si estuviéramos en un city tour de mi pasado, le fui mostrando a Parruli los lugares más emblemáticos de esta ciudad. El boliche al que fui con 12 años, la discoteca donde me intoxiqué tras mi primera fiesta de la espuma, los árboles debajo de los cuales pasábamos las tardes, el camping organizado alrededor de la cancha de fútbol, los barrancos de la costanera por los que paseábamos las noches de calor, la playa más popular y divertida, las avenidas 12 de abril y General Urquiza por donde desfilaban los automovilistas a poca velocidad en busca de conocidos para saludar, etc, etc, etc...

LAS PLAYAS DE COLÓN
La costa rivereña del Uruguay ofrece 10 kilómetros de playa delimitadas al norte por el arroyo Artalaz y al sur por el arroyo De La Leche. Las zonas para bañarse de norte a sur son:
a) Balneario Norte: cuenta con una amplia zona de arena y árboles, suele ser la preferida de las familias ya que es muy tranquila.
b) Playa Punta Colon: es la más nueva de la ciudad y fue diseñada teniendo en cuenta normas de gestión ambiental. Cuenta con un espigón desde el cual se puede pescar cuando el nivel del mar lo permite.
c) Balneario Piedras Coloradas: se encuentra dentro del camping Piedras Coloradas, por lo cual hay que pagar para ingresar.
d) Balneario Inkier: es el sector favorito de los jóvenes, cuanta con un parador donde ofrecen bebidas, música y hay canchas de vóley. Esta es a la que solíamos ir al principio.
e) Playa Nueva: es la continuación de la Inkier, realmente no hay una división entre estas dos, por lo que sigue siendo bastante concurrida, pero con un perfil más tranquilo. Esta fue la playa que elegimos para los últimos veranos y también tiene zonas sombreadas.
f) Playa Honda: al ser la última playa de la zona sur es muy tranquila y natural. Suele ser la preferida de los pescadores.
PASEOS DESDE COLÓN
1. Termas: si hay algo que caracteriza a esta región son las termas.
a) Termas de Colón: no solían tener muy buena reputación, pero desde que cambió la administración hicieron varias reformas y al parecer están repuntando. El complejo termal está ubicado en el sector norte de la ciudad, frente al Golf Club Colón. En un entorno arbolado se mezclan las piscinas de aguas templadas y propiedades curativas con el parque acuático que ofrece diversión para todo el mundo. Más info en la WEB OFICIAL.

b) Termas de San José: ubicado a 4,5 km de Colón. Posee la mayor superficie en piscinas cubiertas de Entre Ríos y el primer parque acuático de la provincia. WEB OFICIAL.
c) Termas de Villa Elisa: ubicadas a 43 km de Colón. Se extiende sobre 41 hectáreas de naturaleza, y en él las aguas alcanzan una temperatura de 41° C. WEB OFICIAL.
2. Palacio San José: un paseo genial para los días de lluvia o nublados. Abre todos los días de 8 a 19.30, exceptuando los fines de semana que cierra una hora antes. El palacio San José es la antigua residencia de Justo José de Urquiza, primer presidente constitucional de Argentina. Está conformado por 38 habitaciones, 7 antiguas dependencias de servicio, 2 jardines, 40 hectáreas de parque, 2 patios, un lago artificial y una capilla con la cúpula decorada por el pintor Juan Manuel Blanes. Actualmente es un museo histórico que exhibe el mobiliario personal de Urquiza y objetos de la época. Para más información consulta la WEB OFICIAL.

3. Parque Nacional El Palmeral: se trata de un refugio de flora y fauna de 8500 hectáreas destinado principalmente a proteger la palmera yatay. La característica de esta variedad de palmera es que vive entre 200 y 400 años. El sitio sirve de hábitat para diversidad de aves como los carpinteros blanco y real, de reptiles como la yarará y el lagarto overo, mamíferos como el gato montés y el zorro e infinidad de insectos, entre los que abundan los mosquitos. Indispensable llevar repelente.
El parque es muy grande y las cosas interesantes están bastante distantes entre ellas, por lo cual es indispensable tener un vehículo para recorrerlo. Cuando fui con mis padres nos encontramos con dos chicas que iban a pie y gracias a que las invitamos a sumarse a nuestro paseo terminaron teniendo una buena experiencia del lugar y hacer más de un sendero.

Existen dos tipos de senderos unos con acceso vehicular y otros sólo para peatones.
Entre los caminos vehiculares están: a) los senderos del Mirador: son dos caminos que te llevan a distintos puntos panorámicos del arroyo El Palmar. b) sendero al arroyo Los Loros. c) sendero hacia el Área de Servicios: conduce a la espléndida playa y al sitio histórico La Calera del Palmar.
Los senderos peatonales son 5 e inician en el centro de visitantes que se encuentra a 12 km de la entrada del parque. A través de un paisaje natural y cargado de vegetación te llevan a distintos sectores del parque. Los senderos son: 1) La Glorieta, 1000mts. 2) Yatay, 500mts. 3) Arroyo El Palmar, 400mts. 4) El Mollar, 1400mts. 5) La Calera del Palmar, 1000mts.
Existe un camping organizado equipado con parrillas, electricidad y agua caliente. Dormir dentro del camping es una excelente oportunidad para ver la fauna en actividad.
Si lo vas a visitar, recordá que es un área protegida, debés caminar siempre por los senderos señalizados, cuidar la flora del lugar, no molestar a los animales y llevarte tus residuos.
4. Paysandú: la vecina ciudad uruguaya que se divisa en la orilla opuesta del río Paraná a 19 km de la Colón. Es una buena oportunidad para sellar el pasaporte, conocer otro país y disfrutar de la playa con sol de frente durante más horas.

UN POCO SOBRE LA FIESTA NACIONAL DE LA ARTESANÍA
Los inicios de este evento se remontan a la década de los 60, cuando un reducido grupo de artesanos comenzaron a reunirse en el edificio de la municipalidad para exhibir sus trabajos. Con el tiempo la pequeña feria fue creciendo y cambiando constantemente de sede. En 1979 adquirió el carácter de Fiesta Provincial, el número de expositores incrementó considerablemente y comenzaron a organizar conferencias, talleres y espectáculos folclóricos. Siguieron pasando los años y con ellos la reputación fue en aumento, cada vez eran más los interesados en presenciar y/o participar del evento y finalmente en 1986 le dieron el título de Fiesta Nacional de la Artesanía. Debido a la masiva concurrencia de expositores y visitantes, en 1990 eligieron al Parque Quirós (el más grande de la ciudad) como la sede de la Fiesta Nacional y desde entonces allí se celebra. Diría Toti: “si Quirós viera lo que hicieron con los juegos que mandó a construir con las antiguas vías del tren y cómo la pista de atletismo...”
Actualmente la tradicional Fiesta Nacional de la Artesanía se celebra durante la segunda semana de febrero y es un súper evento que convoca a personas de todo el país para disfrutar de una noche a pura artesanía de calidad, espectáculos música folclórica, internacional y/o popular y comida tradicional. Una de los días está reservada para la entrega de los premios Rueca a los artesanos destacados y a la elección de la reina. Podés ver las novedades del evento en su WEB OFICIAL.

¿DÓNDE DORMIR EN COLÓN?
Recomendaría el camping de Cristian, pero como ya no está... mala suerte. Pero no te alteres, que la oferta de campings en Colón es amplia y variada. Lo mejor de todo es que todos los campings se localizan frente al del río Uruguay, por lo que para ir a la playa solo tendrás que caminar como mucho 1000 metros.
La hotelería está un poco más distribuida. Hay variedad de hoteles y cabañas en la zona céntrica y también frente al río. Los hoteles suelen estar bien, con todo lo necesario para pasar una buena estadía, no hay cosas lujosas, pero tampoco reciben ese perfil de turistas.
¿CUÁNDO IR A COLÓN?
Es un típico lugar de veraneo de entrerrianos y santafesinos (principalmente) y como te imaginarás, en verano es cuando el clima acompaña, te podés bañar en la playa y la ciudad tiene más vida. Un punto fundamental a tener en cuenta es que el río suele estar crecido en enero, por lo que yo recomiendo como la mejor época para ir a Colón desde mediados de enero hasta principios de marzo.
Los fines de semana largo, cuando el clima no es aún tan frío, también suele estar muy concurrido. La gente no se centra tanto en la playa, sino más bien en pasear por las calles principales y la costanera, descansar, ir a las termas y comer rico.

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