Glass Beach, la belleza de lo inaceptable
- Nomadea
- 16 nov 2017
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 4 dic 2020

En 1906 se instala en las costas de Fort Bragg, California, un vertedero que durante 61 años estuvo tirando desechos, vidrios y metales al mar. La contaminación que se produjo fue grave, entonces decidieron quemar intencionalmente la basura para reducir su tamaño. Los metales y grandes objetos fueron recolectados y vendidos o reutilizados para hacer obras de arte. Lo único que quedó fue el vidrio y de ello se ocupó el mar. Las olas, a lo largo de los años, fueron desgastando los cristales, haciéndolos más pequeños y de puntas redondeadas. Hoy en día, esos vidrios siguen en la costa, pero el lugar en vez de parecer un vertedero parece una playa de acantilados con arena y piedras preciosas de diversos colores.
Es un sitio que vale la pena visitar si se está en la zona. El pueblo es muy pintoresco y se puede dar un paseo por el parque MacKerricher State para ver los 3 puntos donde se instaló el vertedero. A simple vista parece una playa común, pero una vez en la arena se aprecian los colores de los vidrios con sus diversas formas.
Algo para tener en cuenta es que los cristales están desapareciendo, ya que las olas del mar continúan desgastándolos y además a los humanos les encanta llevarse los vidrios como souvenir. Así que, si se tiene la oportunidad de ir, no hay que desperdiciarla. Puede sonar poco tentador ir a ver una playa llena de vidrio pero esta es la excepción.

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