Santa Rosalia
- Nomadea
- 18 ene 2018
- 3 Min. de lectura

Santa Rosalia es un antiguo pueblo minero que nos sorprendió gratamente. No sabíamos nada del lugar y no teníamos planeado recorrerlo. Entramos buscando donde cambiar dólares (nuestro problema de todo el viaje por la Baja) y quedamos sorprendidos con el sitio. Nos pareció que valía la pena quedarnos una noche, así que allí nos dormimos (ventajas de viajar con la camioneta, paramos donde nos tienta).
El pueblo surge con la instalación de la empres francesa Boleo para explotar la mina de cobre y manganeso. Sus calles son angostas y coloridas, con flores en balcones y jardines que decoran las casas de estilo francés y de techos a cuatro aguas.
Nuestra caminata, básicamente, consistió en andar sin saber a dónde ir y fue genial porque nos perdimos por las callejuelas del centro de este pueblo quedado en el tiempo. Pasamos por:
Mercado Municipal (Vicente Guerrero entre E. Carranza y Constitución) que estaba cerrado y nos quedamos con ganas de ver que había.

Panadería El Boleo (Álvaro Obregón y Calle 4), según dicen, tiene el mejor pan de todo México y compite en calidad con las panaderías de Francia. Parte de las costumbres francesas que quedan de la época minera. No lo probamos (algo que me sigue reprochando, pero yo quería un taquito de res jaja), así que no se si es verdad lo que cuentan, habrá que volver para ver si es cierto.
Plaza Benito Juárez, es la principal, tiene mucho encanto con las buganvillas y las macetas llenas de flores alrededor de los bancos y el quiosco del centro.
Palacio Municipal, lo estaban arreglando, pero seguía el mismo concepto de paredes de madera a la vista y techo a cuatro aguas. De noche lo iluminaban con luces de colores.
Biblioteca Mahatma Gandhi, el edificio tiene una fachada simple y muy linda. El parque que lo rodea también es bonito. Sin embargo, lo que más atrae a la gente local a visitarlo no es su belleza sino el wifi gratis (algo de lo que también nosotros hicimos uso).
Malecom, está todo nuevo, caminamos por ahí al atardecer y había bastante gente haciendo ejercicio. Podes encontrar varios restaurantes para comer tacos a buen precio. Lo llamativo de la playa en esta zona es su arena negra.
Por la noche, no teníamos mucho para hacer, ya habíamos recorrido gran parte del pueblo y aún era temprano para ir a dormir. Pasamos por la puerta de un club que estaba frente a la plaza y vimos que había mucho movimiento de gente. Entramos a ver de qué se trataba y nos enteramos de que había partidos de volley (volei, como aparecía en las camisetas). Como si fuésemos a alentar a algún equipo nos sentamos en las gradas y nos vimos como 4 partidos (algunos entretenidos y otros no tanto). Así pasamos la noche, entre locales hasta que nos dio sueño y nos fuimos con la camioneta al puerto a dormir.
Las rutas en Baja California Sur son mejores que en Baja California, parce que tienen más mantenimiento. Este tramo que hicimos desde Guerrero Negro estaba en buen estado. La única parte que tiene pozos es la entrada a Santa Rosalía.
Conseguimos comprar pesos mexicanos en el Banco Azteca que está en el centro, el tipo de cambio era bastante aceptable, lo pagaban un poco menos que en San Felipe, pero tampoco había tanta diferencia. Mucha gente local no sabe donde está (a nosotros nos han mareado un largo rato), así que dejo la dirección: Emilio Carranza entre Vicente Guerrero y Calle 7.
Hacía tiempo que no veníamos un pueblo bonito, con arquitectura colonial francesa, pero con personalidad mexicana y hecho con buen gusto. Santa Rosalía nos gustó mucho, no es un sitio donde lleguen muchos turistas, pero vale la pena pasar, aunque sea, una tarde allí.

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