Puerto Madryn, empezando a viajar
- Nomadea
- 5 feb 2018
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 4 dic 2020

Puerto Madryn fue el primer lugar al que llegué en mi primera gran aventura sola y por eso tiene un valor especial para mí. Además fue dónde hice mi primer amigo de viaje y aunque no tengo foto con él (algo aún pendiente) seguimos hablando.
Salí de Bs. As. con una valija llena de ropa que me costó un montón seleccionar, un libro para leer, dos cuadernos vacíos para escribir (hoy están llenos y me ayudan a recordar esta experiencia) y una extensa lista con los lugares que pretendía visitar (un itinerario armado por una Licenciada en Turismo que salía a festejar su título jaja).
Mi idea original fue recorrer Argentina durante 3 meses (o hasta que me quedara sin dinero), pero por alguna extraña razón mi ruta de viaje llegaba hasta Ecuador.

Fueron 20 hs arriba de un bus semicama (uno de los más largos de mi vida). No veía la hora de llegar, de estar fuera de ese micro y con los pies en suelo firme. Tenía una mezcla de cansancio, ansiedad e incertidumbre.
Había reservado el hostel más barato que encontré en Internet (en aquel entonces hacía reservas previas), así que ni bien llegué a destino lo primero que hice fue ir a dejar las cosas. Recuerdo que por el camino pasé por varios hoteles que solía vender cuando trabajaba en la agencia, sentí que aquello que una vez se limitó a estar detrás de una pantalla y ser simplemente un nombre en mi mente, existía en la vida real, se materializaba al verlo.
El hostel que me había contratado tenía muchísimo menos glamour que los que solía ofrecer a los pasajeros, pero seguramente era un sitio más amiguero (acorde a mi presupuesto) y la ubicación era buena (en el centro y a una cuadra de la playa). Una de las cosas que me llamó la atención fue que muchos de los que se hospedaban eran estudiantes y trabajadores que iban a hacer la temporada. Es decir que no eran turistas y pasaban meses viviendo ahí, en ese momento me resultó curioso, ahora me parece algo normal/común (indicio de que estoy en un alojamiento realmente económico).

Tenía tanta energía (pasé 20 hs sentada), que después de dejar todo en la habitación salí a recorrer la ciudad. Caminé por la playa, fui la rambla (donde vi por primera vez una ballena en estado salvaje), al monumento al indio Tehuelche y al Ecocentro.
Me encontré con los primeros flamencos de mi viaje y metí los pies en el frío mar de Puerto Madryn. Aún sabiendo como estaba el agua, contraté la excursión de buceo para el día siguiente.
Todo lo referente al buceo fue una experiencia nueva y llamativa para mí. Primero luché con el traje de neopreno (semihúmedo, el modelo que me dieron) para ponérmelo, después tuve que aprender a respirar por la boca, a controlar la respiración y las señales básicas para manejarme bajo el agua.
Una vez en la plataforma donde debíamos sumergirnos (estaba a 15 minutos navegando), me pusieron el cinturón con plomo y el tanque de oxígeno. Waaauuu en un minuto pasé a pesar como 6 kg más. Con toda la parafernalia encima y un poco de frio salté al agua para descubrir qué había en las profundidades.
Una experiencia inolvidable, nos sumergimos a 5 mts de profundidad y se veía perfecto debajo. El agua tenía una temperatura de 10°C, había algas marinas, conchas, ostras, unos peces violetas muy grandes, otros marrones pequeñitos y unas estrellas de mar (por lástima ninguna ballena pasó a saludarme). Como la excursión incluía unas fotografías durante el buceo, me saqué la foto más sexy de mi vida con la estrella de mar. Aún conservo ese recuerdo de este hermoso paseo submarino.

Otro día fui a pasear por Puerto Pirámides que está dentro de la Península de Valdez. El objetivo de mi visita fue, obviamente, ver la ballena Franca Austral que llega todos los años entre los meses de junio y diciembre para reproducirse y cuidar a sus ballenatos recién nacidos (tienen una cría cada 3 años).
Lo común es contratar la navegación para poder estar cerca de ellas (dura 45 minutos el avistaje y podés coordinarlo directamente allí). Yo no lo hice, porque el día estaba muy feo y parecía que se largaba a llover en cualquier momento (se suspenden por lluvia). Así que disfruté mirar las ballenas desde la playa y los acantilados. Aún estando lejos, puede ver cómo saltaban, mostraban la trompa, la cola y las aletas, era como si estuviesen bailando. Se acercaban a los barcos y nadaban alrededor de estos. Estaban todo el tiempo moviéndose y sacando a la superficie alguna parte de su cuerpo. Era un espectáculo hermoso, aún en un día tan gris como ese.
Caminando por la playa me encontré con una ballena muerta en la orilla. No era lo más agradable para ver y el olor mejor ni te cuento, pero me impresionó mucho el tamaño de ese animal. Pude ver al detalle cada parte de su cuerpo, como eran sus barbas, la inmensidad de cola y demás. Es común ver esqueletos de ballenas en los museos, pero esta era de carne y hueso como las que estaban nadando en el mar, la única diferencia era que esa ya no respiraba.
Podés encontrar más información de Puerto Pirámides en su Web oficial.

Mi última mañana en Puerto Madryn la dediqué a pedalear. Alquilé una bicicleta en el hostel y me fui hasta El Doradillo, un área protegida formada por muchas playas. El acceso es gratuito y hasta la entrada son 17 km. Visité las playas de Maimara (estaban lindos los acantilados), el Dorado, el Doradillo y Las Canteras.
El Doradillo es las más amplia, hay unas pasarelas frente al mar y un faro (podés subir), ideales para el avistaje. Además, tiene un centro de interpretación pequeño donde ponen unos parlantes para que escuches los sonidos de las ballenas. Son sorprendentes los ruidos que hacen, te ponen la piel de gallina.
Las Canteras es una playa, como te imaginarás, llena de piedras y en esta zona las ballenas están muy próximas a la orilla. Es el mejor sitio para verlas (además de la navegación). Son como sirenas, te hechizan con sus bailes y no podés parar de mirarlas. Se cree que la ballena Franca Austral adulta salta con distintos fines, como por ejemplo para comunicarse con otras de su especie, sacarse parásitos, marcar territorio y mostrar su fortaleza.
¿CUÁNDO IR A PUERTO MADRYN?
Lo más común es ir entre junio y diciembre que es la época de la ballena Franca Austral y principal atractivo del lugar. De todos modos, depende un poco de lo que vas a buscar. Te dejo un calendario de fauna marina para que te ayude a decidir.

¿CÓMO IR A PUERTO PIRÁMIDES?
Hay buses de la empresa “Mar y Valle”, salen desde la terminal de ómnibus y tienen servicio todos los días. Hacia Puerto Pirámides el bus sale a las 9:45hs y regresa a Madryn a las 18hs. El viaje dura 2 hs y te dejan en la estación de servicio YPF (no hay terminal de ómnibus), en ese mismo sitio es donde tenés que esperar el bus de regreso. El precio del pasaje no incluye la entrada al Parque Nacional, eso se abona en destino. Recordá que los argentinos y los estudiantes tienen descuento, así que no te olvides de llevar tu DNI y tu carné de estudiante.

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