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Ushuaia, frío que da placer

  • Foto del escritor: Nomadea
    Nomadea
  • 8 feb 2018
  • 11 Min. de lectura

Actualizado: 4 dic 2020


Este post se lo dedico a la doctora en problemas (es abogada, no médica) que tenía muy poca fe de que escriba sobre Ushuaia antes del feriado de carnaval, fecha en que ella va a conocer el fin del mundo. Me costó, porque hay mucha información que organizar, pero acá está. Listo para que empieces a disfrutar del culo del mundo.

Después de Trelew hice una especie de viaje relámpago hasta Ushuaia. Hay muchísimos km entre estas dos ciudades, para ser exacta 1.727 km.

Mi idea original había sido parar unos días en Comodoro Rivadavia, en Puerto San Julián y conocer el Parque Nacional Monte León. De los tres, sólo estuve en Comodoro desde la mañana hasta la tarde y me fue suficiente para conocer lo principal (coincido con la abogada oriunda de este sitio, no tiene nada para ir a turistear). Los otros lugares me quedé con las ganas, pero la verdad es que fuera de temporada los buses tienen menor frecuencia y me era complicado llegar a estos sitios. Me queda pendiente para la próxima.

Después de prácticamente atravesar la Patagonia llegué a Ushuaia. El lugar es increíble, digno de una postal, con las cumbres nevadas, las casas de estilo inglés (algo poco común en Argentina) alrededor de la bahía y al pie de la montaña.

Una de las cosas que más me gustó es que hay lindas vistas desde cualquier punto de la ciudad. Te sentás en la bahía mirando hacia el agua y ves cómo se abre el camino hacia el canal de Beagle y si mirás hacia el otro lado están las casitas que van trepando por la montaña. En la parte alta podés contemplar la ciudad descendiendo hacia el agua (increíble para ver de noche por las luces).

En Ushuaia no hay terminal de buses, los micros te dejan en la parada principal que es frente a la Municipalidad (en el centro). Si sos como yo, que esperaba llegar a un edificio con el cartel de bienvenido para bajarme del bus y ves que todos empiezan a agarrar sus cosas, no lo dudes y salí del micro que llegaste al final del recorrido.

Fui en octubre, todavía estaba nevando y la pista de ski seguía abierta. El hostel donde paré estaba lleno de instructores de ski. En Ushuaia hay dos temporadas altas (verano e invierno), la ciudad no es tan grande y si bien la oferta hotelera es abundante, a veces es difícil conseguir lugar en los sitios más baratos. Si sabes aprox cuando vas a ir, lo ideal es reservar con anticipación para evitar tener que caminar de arriba a abajo hasta encontrar lugar. Las calles en subida con todas las cosas pueden ser muy cansadoras. Creo que sólo son 3 calles que no están en pendiente y van paralelas a la bahía.

Gran parte del tiempo me la pasé caminando sin saber a dónde iba y casi siempre terminé en algún sitio sorprendente. Una de esas caminatas me llevó al Glaciar Martial que se encuentra a 7 km de la ciudad y estaba súper nevado. Estaban dando clases de snowboard y ski para principiantes.

Este glaciar suele estar cubierto de nieve y el atractivo del lugar no es el glaciar en sí (como en El Calafate), sino caminar por la montaña entre los árboles, jugar con la nieve y enterrarte hasta terminar mojado. Después de hacer todas esas cosas divertidas (o cuando no hay nieve) podés subir con la aerosilla (o caminando) para contemplar el Glaciar Martial (hay un cartel donde se espera que pares para verlo). Si caminas unos 20 minutos por el camino que sale hacia la derecha vas a llegar al mirador de la ciudad y ahí te vas a enamorar de la vista que hay de Ushuaia, el Canal Beagle, las Islas del Canal y todos los cerros que enmarcan este paisaje.

Para recobrar un poco de fuerzas y calor (si es que tuviste un día fresquito y con viento), podés descansar en la cafetería que está en la base del cerro.

Si te toca un día feo, así con mucho viento o lluvia, lo ideal es ir a pasear por los museos. Esta ciudad tiene varios muy interesantes, como el Museo del Presidio y marítimo (Yaganes & Gdor. Félix Paz, abre todos los días de 10 a 20 hs), y el Museo del Fin del Mundo (Maipú 173, abre todos los días de 10 a 18 hs, excepto los domingos que está cerrado).

Si sale el sol, aprovechá a recorrer el Parque Nacional Tierra del Fuego. Hay unos micros que paran frente a la Municipalidad (donde te dejan los buses de larga distancia) que te llevan y te traen para que lo recorras por tu cuenta (es más barato que contratar un tour). Son 10 km por la ruta nacional n°3 de los cuales los últimos 5 no están asfaltados, los caminos dentro del parque también son de tierra y es obligatorio usar ruedas para nieve o cadenas.

Donde bajar del bus depende un poco de lo que quieras conocer. El parque es grande, tiene varios senderos y un día no es suficiente para conocerlo todo. Si te animás podés acampar dentro del parque (llévate mucho abrigo que durante la noche la cosa se pone más fría), hay un camping organizado en la zona del lago Roca y otros agrestes (sin servicios) en bahía Lapataia, bahía Ensenada y río Pipo.

Yo cuando fui era inverno, así que opté por ir a pasar el día y volver e hice los paseos más tranquilos que existen (excepto el del hito XXIV y el regreso a la ciudad). Hay varias rutas muy lindas para hacer y con poca dificultad, las cuales me quedan pendientes y son una buena excusa para volver a estas tierras australes. Te las voy a contar por si te interesan y para que me acuerde la próxima vez que vaya: SENDA COSTERA, 8 km por tramo (4 hs aprox), el inicio del sendero está en Ensenada (donde se encuentra la oficina de correo, a 1 km de la entrada al parque). CERRO GUANACO, son 4 km (4 hs hasta la cumbre, está categorizado como dificultad alta) y el sendero empieza en el lago Roca en el mismo lugar que el del Hito XXIV.

Ahora si, sigo con lo que conocí. Me bajé en la última parada, donde comencé el sendero al mirador Lapataia por medio del bosque de lengas. Por el camino me crucé con pájaros carpinteros inmensos (el doble de los que podés ver en Bs. As.), las vista que se tiene de la bahía es muy linda. Caminé por una antigua castorera, es un paisaje muy loco con todos los árboles caídos y el agua atrapada por las represas creadas por estos animales, es lindo y a la vez da pena. La historia de como llegaron lo castores a Ushuaia es bastante curiosa y nos demuestra que introducir especies exóticas puede ser catastrófico. En 1945 trajeron castores desde Canadá para fomentar el crecimiento de la industria de las pieles, sin tener en cuenta que estos roedores de arbolitos no tienen depredadores en esta parte del globo terráqueo, se reprodujeron sin control y se convirtieron en una plaga (derriban árboles, crean diques e impiden el curso de los ríos). Hoy en día no están erradicados, pero hay controles de población y en los restaurantes podés degustar un plato gourmet de castor canadiense nacido en la Patagonia.

Siguiendo con los paseos, el próximo deleite para mis ojos fue el lago Roca. Mmmmm, qué maravilla esa agua cristalina enmarcada por picos nevados que se reflejan en él. Ese día no había nada de viento y era un espejo perfecto. Podría haber pasado toda la tarde sentada en las piedras, simplemente mirando, escuchando y disfrutando, el sitio valía la pena, perooo, perooo, estas piernas inquietas decidieron hacer el sendero hasta el HITO XXIV. Una decisión un poco inoportuna faltando 1.30 hs para tomar el bus de regreso y siendo un sendero de 3 horas entre la ida y el regreso, obviamente perdí el micro por haber llegado 15 minutos después. Sin embargo, no me arrepiento de haber ido hasta ahí, no por lo que encontré al final del camino (un hito que decía que estaba en el límite entre Chile y Argentina) sino por el paseo, me gustó mucho, una parte era a orillas del lago Roca y otra por en medio del bosque, la caminata era sencilla, aunque el sendero por partes se perdía y no había nadie.

Imagino que tendrás curiosidad sobre qué hice cuando me di cuenta de que había perdido el bus (aunque no la tengas te lo cuento igual). Lo único que podía hacer, seguir caminando por el parque en dirección hacia la salida. Me lo tomé con calma, disfruté el paseo y me metí por unos senderitos que iban por el bosque paralelos a la ruta. Una vez fuera del parque ya empezaba a oscurecer así que le pedí a una familia que me llevara al centro de Ushuaia y fueron tan buena onda que me dejaron en el hostel. Por si tenías dudas, hay mucha gente buena en el mundo y también en Argentina.

Uno de los días contraté una excursión por el Canal de Beagle. En Ushuaia hay varios tipos de navegaciones según lo que quieras ver y la época del año que vayas. Más abajo te cuento como son cada una.

Elegí la navegación del Canal de Beagle porque había mucho viento (algo muy común en Ushuaia) y es la más corta (con la que menos iba a sufrir el frio). Este paseo dura 2.30 hs en catamarán y 3.30 hs en yate, cuando yo fui el precio era el mismo. Elegí hacerla en yate porque además de ser más extensa, hay menos gente, es más tranquila y nunca me había subido a uno (al menos que yo recuerde).

La excursión está buenísima, mientras vas navegando por el Canal de Beagle te cuentan sobre los Yámanas, sus costumbres, la historia del lugar, las flora y la fauna. Tenés incluido servicio de cafetería a bordo. Nos llevaron a ver varias islitas donde había colonias de lobos marinos, focas, muuuuchas aves y faros (entre ellos el famoso faro Les Eclaireurs). Si tenés suerte te podés llegar a cruzar algún pingüino camuflado entre las aves (el guía nos indicó donde había dos y realmente es difícil distinguirlos, pero él decía que ahí estaban). Paramos en la isla Bridges que fue en la única donde descendimos e hicimos una caminata de unos 20 minutos para ver la flora del sitio y los pozos que hacían los Yamanas para refugiarse un poco del frio (andaban prácticamente desnudos y para soportar el frio se cubrían la piel con grasa de ballena, hacían un fuego y se ponían todos en cuclillas alrededor de este).

De regreso iba charlando con el capitán y me dio el timón para que navegue un poco (a lo Xipolitakis, pero en vez de un avión fue un yate). Me dijo “apuntá hacia esa isla” y para allá fuimos conmigo al mando de ese barco. Me queda como anécdota para contar, sin saber nada de navegación tuve el control de esa embarcación con turistas. Esto último mejor que no se entere mucha gente… ¡Cuanta confianza me tuvo el capitán!

Ushuaia es una ciudad donde podés encontrar muchas cosas para hacer tanto en verano como en invierno. Te dejo un pequeño resumen para que puedas organizar tu visita en base a la cantidad de días que tengas. Tené en cuenta que no son todas las excursiones que existen, algunas agencias tienen sus paseos temáticos, estas son las más comunes (que no mencioné antes). Si no tenés pensado ir por ahora, te recomiendo que no sigas leyendo este post porque te puede resultar un poco tedioso (momento de sinceridad).

TREN DEL FIN DEL MUNDO

Temporada: Opera todo el año

Es el antiguo tren de los presos, pero ahora se usa para paseos turísticos. Lo más común es ir hasta la estación Fin del Mundo (la primera) que está a 8 km de Ushuaia por la misma ruta que te lleva al Parque Nacional (podés tomar un taxi hasta ahí o ir con una excursión) y hacer sólo el viaje de ida ya que termina en la entrada del Parque Nacional. Es un recorrido 7 km, dura 1 hs (1.40 hs si vas y volves en tren) y durante el viaje te van contando la historia del tren, los presos, te muestran unas cascadas y el cementerio de bosque entre otras cosas. Perfecto para ver lindos paisajes, caminar poco y combinarlo con la visita al Parque Nacional Tierra del Fuego. Para más información podés ver esta Web.

NAVEGACIONES CANAL DE BEAGLE Y PINGÜINOS

- Navegación Canal de Beagle: opera todo el año. Es la navegación que te conté antes. En resumen, es Canal de Beagle con trekking en isla Bridges. No incluye visita a Estancia Haberton ni a la isla Martillo (donde está la colonia de pingüinos).

- Navegación pingüinera: opera de octubre a marzo y dura 5 hs. Vas en bus hasta la estancia Haberton, recorres el museo Akatushum de fósiles marinos y después cruzas en un semirrígido a la isla Martillo para hacer una caminata de 1 hs y ver los pingüinos Magallánicos y Papúas (a veces aparece algún pingüino Rey). El regreso es en bus. Tenés que considerar que debés abonar el pase a la estancia, la tasa de embarque y el almuerzo.

- Navegación pingüinera piratour: opera de octubre a marzo y dura 8 horas. Es la combinación de las dos anteriores. Navegás por el Canal de Beagle, haces la caminata con los pingüinos en la isla Martillo, conoces el museo Akatashum y la Estancia Haberton. El regreso a la ciudad es en bus. Al igual que en pingüinera tenés que abonar el pase a la estancia, la tasa de embarque y el almuerzo.

LAGUNA ESMERALDA

Es una caminata por el valle de Tierra Mayor, por el camino vas a encontrarte con castoreras y ríos. El lago Esmeralda es hermoso y vale la pena el esfuerzo. Pero si no te gusta caminar, no te lo recomiendo ya que el recorrido son 5 horas aproximadamente (ida y vuelta). El camino no tiene mucha dificultad (tiene una parte empinada) y está bien marcado.

Si tenés auto podés hacerlo por tu cuenta, sino tenés que contratar una excursión o llegar a dedo hasta el inicio del sendero que está a 20 km de la ciudad y no hay transporte público que te acerque.

ESQUIAR EN CERRO CASTOR

A 26 km, sobre la ruta nacional n°3 se encuentra el principal centro de ski de Tierra del Fuego. Es un centro relativamente nuevo, abrió sus puertas al público en 1999, la pista está en la ladera sur y el camino está completamente asfaltado.

La temporada arranca en julio y termina a mediados de octubre (como en todos lados, depende un poco de la nieve que caiga).

En la base del cerro hay un hotel (claramente bastante más caro que los de la ciudad) y varios restaurantes y cafeterías para descansar y disfrutar de la vista.

Podés encontrar información sobre los pases, detalles de las pistas y demás en esta Web.

Si elegís alojarte en la ciudad, podés contratar los traslados hasta el cerro con algún operador turístico (hay muchos en la principal), coordinas con ellos y te pasan a buscar por el hotel los días que tenés pensado ir a esquiar.

Otros de los recorridos que podés hacer es LAGO ESCONDIDO Y FAGNANO (hay operadores que ofrecen este paseo en 4x4 para agregarle un poco de aventura) o dar un PASEO EN TRINEO sobre la nieve (tirado por los perros Husky).

SI VAS POR TIERRA A USHUAIA

Si andas viajando en bus, en bici o a dedo, para cruzar a la isla de Ushuaia vas a tener que cruzar a Chile ya que del lado de ellos está la plataforma que te cruza.

Vas a tener que hacer migraciones, con lo cual no olvides llevar tu DNI o pasaporte. Te recomiendo que no lleves productos de origen vegetal, animal, artesanías y productos no industrializados porque del lado chileno te lo van a sacar. Son muy estrictos y pasan todo el equipaje por el escáner.

En el micro que yo iba, viajaban dos chicos del Jujuy, tenían hojas de coca (es muy común que la gente mastique coca en el norte para evitar apunarse) y no se las dejaron pasar.

SI VIAJAS EN AVIÓN A USHUAIA

Si vas en avión a Ushuaia, olvídate de todo lo anterior porque no vas a cruzar ningún paso fronterizo y no salís del país.

Hasta hace unos años, la tasa del aeropuerto de Ushuaia no estaba incluida en el precio del pasaje y había que pagarla directamente en el aeropuerto antes de abordar el avión. Hoy en día ya está incluida, así que tenés un trámite menos que hacer antes de dejar esta ciudad.


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