Goya, calor, amigos y mucho más
- Nomadea
- 27 mar 2019
- 4 Min. de lectura

Goya es la segunda ciudad más poblada de Corrientes, se encuentra sobre la costa del rio Paraná y en nuestro caso fue el sitio que nos dio la bienvenida a la provincia ya que está a tan solo 150 km de la frontera con Entre Ríos.
Es un destino al que podés llegar sin saber nada del lugar porque los carteles con el nombre de las calles te cuentan todo lo necesario para empezar a conocer la ciudad (eso sí, tenés que ir cambiando de calle porque si no siempre vas a leer lo mismo). Mientras paseábamos, además de mirar las fachadas de las casas y los árboles de mango, aprendimos que estábamos en la cuna del surubí, en el hogar de las golondrinas, en la ciudad del deporte y en la capital del tabaco.

Aunque el deporte y el tabaco no vayan de la mano, estos carteles están juntos
En Goya no falta la gente bondadosa que te abre las puertas y te invita a pasar para conversar con un mate en mano; gracias a estas personas pudimos profundizar sobre los tips que nos dieron los carteles y conocer la trágica historia de amor de una chica de la aristocracia de Bs As y un párroco tucumano.
Según cuentan, Ladislao Gutiérrez era el sobrino del gobernador de Tucumán Celedonio Gutiérrez y como miembro de la orden de los jesuitas lo habían designaron sacerdote de la capilla de la familia O´Gorman. Con el tiempo, el párroco no solo escuchaba los pecados de Camila O´Gorman, sino que era partícipe de estos. Después de 4 años, cansados de la clandestinidad decidieron escapar hacia Brasil, pero por alguna razón que desconozco se instalaron en Goya, donde iniciaron una nueva vida como maestros de escuela, ocultos bajo los nombres de Valentina Desan y Máximo Brandier. A pesar de cambiar sus identidades, la paz duró poco, porque en cuanto se hizo público el escándalo, la parejita fue llevada devuelta a Bs As y fusilada.

Goya no es sólo un lugar atractivo para los enamorados que intentan vivir un amor en libertad, las golondrinas también eligen estas tierras para pasar una cálida primavera y anidar. Viajan miles de km desde California (Estados Unidos) hasta Goya, donde el 24 de noviembre de cada año son bien recibidas con una fiesta en su honor alrededor del “Monumento a las golondrinas” ubicado en la plaza San Martín (según cuentan, el lugar favorito de las aves para anidar).
El surubí también es protagonista de una celebración en Goya, pero en este caso se trata de la Fiesta Nacional del Surubí, el evento de pesca deportiva más importante del mundo. Todos los años a fines de abril y durante una semana, la ciudad se llena de pescadores y aficionados de todo el mundo que participan del evento. La competencia tiene como escenario los arroyos afluentes del río Paraná y el río Goya y desde hace unos años, se aplica la modalidad de pesca con devolución.
El momento más característico del evento y con mayor cantidad de espectadores es la largada, donde aproximadamente 500 embarcaciones a toda velocidad y dando saltos en el agua parten en busca del mejor lugar para intentar pescar el ejemplar más grande de la competencia.

Si caíste en Goya fuera de estas fechas, no te deprimas que existe otra alternativa que también te va a sacar una sonrisa. Podés recorrer las plazas de la ciudad y sacarte fotos con las estatuas de personajes de historietas argentinas. Esta muestra surge de un proyecto para revalorizar los dibujos de la literatura infantil con las que se criaron las generaciones de padres y abuelos. Para completar el recorrido podés dar un paseo por la costanera, visitar el Serpentario Municipal, conocer el primer teatro construido en el país (1879 - 1886), refugiarte del sol bajo el tupido ficus centenario de la plaza Mitre y terminar el día en la playa, disfrutando de la cálida brisa del río. Para que sea una visita ideal, no te olvides de comer un choripán con salsa criolla o un plato de chupín de pescado.
Para darle un cierre a todo esto, nada mejor que la poesía de Luis Alberto Rodríguez de la Rosa, quien dice ser goyano por elección (nació en Chaco) desde 1995. A través de sus versos describe la personalidad de los goyanos y se queda corto al mencionar su amabilidad.

“Ser goyano es gentilicio natural de estas regiones,
no se hereda ni es oficio, es suma de condiciones,
es vocación de servicio que se entrega al semejante
tirando siempre adelante sin medir el sacrificio.
Ser goyano es la nobleza que anida en los corazones
que no desechan razones en los tiempos de ayudar.
Porque en el acto de dar se perfila su grandeza,
su coraje, su entereza, su gran solidaridad.
Ser goyano es ser servicio, es ser cabal y consciente,
el que aherroja su destino al resto, a los demás.
Cuando viene la creciente y nos pretende arrastrar
es tiempo de demostrar su condición de valiente.
Goyano es ser golondrina, sencillo afecto y cordial.
De gringos de Carolina llevar la sangre labriega,
siempre dispuesto a la entrega sin medir cuánto se da.
Porque también es avá y su alma bien correntina.
Amante del chamamé y sus platos regionales,
de rústicos pajonales y de sus mansas lagunas
donde habita el yacaré y se acicala la luna.
Por eso Goya es la cuna del Surubí Ñaroité.

Ser goyano es ser pombero, tener payé, ser promesero,
ser respetuoso del rito de sus santos ancestrales.
El sapucai es el grito que atesoran sus entrañas
para expresar sus hazañas, sus alegrías, sus males.
Ser goyano es ser osado corajudo, buen soldado
—que lo diga Ñaembé— cuando el gente avañee
defendió su identidad, por la patria convocado
apostó a la libertad y estirpe cambá piré.
¡De pie mi patria Argentina, saludad a los valientes!
que en las lejanas Malvinas junto a sus otros hermanos
dejaron sangre caliente muchos soldados goyanos.
Los colores de Belgrano los honran eternamente.
Goyano es tener presente a Uladislao y Camila,
recordar aquel martirio aplicado impíamente
por odio que se destila de intolerancia y delirio.
Es la maldad que aniquila a la fragancia de lirio.
Ser goyanos es ser tabaco, es ser hoja, penca y fardo,
sencillo y rústico cardo curtido por mil trabajos.
El que labora a destajo con soles, vientos y lluvias
mirando las hojas rubias que son frutos de sus brazos.
Por eso es mi gran orgullo gritar a los cuatro vientos
de lo honrado que me siento de ostentar mi condición,
mi pecho lleno de arrullos y generosas mis manos.
¡Moriré siendo goyano por derecho y vocación!”

Comments