top of page

Recorriendo la región del Perigord: Bourdeilles, Brantôme, Chancelade y Perigueux

  • Foto del escritor: Nomadea
    Nomadea
  • 16 dic 2019
  • 8 Min. de lectura

Estaremos instalados por 6 semanas en Saint-Astier, una villa muy bonita y colorida emplazada a orillas del río Isle. Es un sitio pequeño, tranquilo y con pocas cosas para hacer, así que aprovechando que es fin de semana nos vamos explorar los pueblos más pintorescos del valle de Drone y la capital regional.

Pueblo de Bourdeilles

RECORRIDO

Bourdeilles – Brantôme: 10 km.

Brantôme – Chancelade: 22 km.

Chancelade – Périgueux: 7 km.

BOURDEILLES

Nos dejamos llevar por el GPS a través de caminos secundarios hasta nuestra primera parada, el pueblo fortificado de Bourdeilles. Un sitio donde están vivos los cuatros colores emblemáticos del Perigord: el verde de la abundante vegetación; el blanco, color de sus suelos calcáreos; el violeta que evoca los vinos de Bergerac; y el negro representativo del follaje oscuro de los robles.

Iglesia de Bourdeilles vista desde la entrada al castillo.

Un sábado temprano en la mañana y este lugar está tan tranquilo como el resto de la semana, es genial poder caminar por un sitio tan bonito y silencioso ¿Qué lo hace tan encantador a Bourdeilles? Sus casas de piedra que ascienden por las calles empedradas hasta llegar a la parte más alta donde se encuentra el castillo que es medieval y renacentista a la vez. La iglesia Saint-Julien que sirve de refugio para los creyentes y turistas al igual que las cuevas de los acantilados. El río que adorna la arquitectura medieval y riega los jardines floreados mientras alimenta al antiguo molino. El puente del siglo XIV que con sus arcos dividen las aguas del Dronne a la vez que une las dos orillas.

El paseo por Bourdeilles no demanda mucho tiempo, sin embargo, no da ganas de marchar. Comprar una baguete y desayunarla frente al río es una buena excusa para extender las horas en este lugar y disfrutar de una vista de la villa.

¿QUÉ VISITAR EN BOURDEILLES?

1. Castillo de Bourdeilles: durante la edad media funcionó como fortaleza defensiva y después de más de 100 años de guerras el castillo quedó casi abandonado. Años después, construyeron uno nuevo de estilo renacentista pegado a la antigua fortaleza.

Precio por persona 8,80 €, menores de 12 años 5,80 €. Abre todos los días de 10 a 18 hs. Podés ver más información en la WEB OFICIAL

2. Jardines de los monjes: entrada gratuita. Tiene una cueva muy curiosa a la que protegen con una estatua que no se si te invita a pasar o te desafía a pelear.

Chateaux des Sénechaux

3. Iglesia Saint-Julien: esta iglesia románica fue construida en el siglo XII y posee un campanario fortificado de la época de la guerra de los Cien Años.

4. Pasear por el casco antiguo

5. Puente: desde él se puede ver el molino construido en la Edad Media y que tiene aspecto de barco.

6. Molino: se remodeló en el siglo XVII y funcionó hasta el año 1940. Allí se fabricaba aceite de nuez y harina.

7. Cruzar el puente para descubrir una hermosa vista del pueblo enmarcado por el río.

Abadía de Brantome

BRANTOME

Toda la calma que encontramos en Bourdeilles allí se quedó. Aunque la belleza está muy bien repartida entre estas dos villas, los turistas prefieren concentrarse en los callejones de Brantôme convirtiéndola en un destino famoso en la zona. Para sumarle más fama, algún fanático de las similitudes la llamó “la Venecia de Francia en tamaño reducido”. A mi esta comparación mucho no me agrada, porque Venecia está construida sobre un archipiélago de 118 pequeñas islas en la laguna Venecia, lo que hace que tenga numerosos canales y por consecuencia unos cuantos puentes. Por el contrario, Brantôme es una ciudad que se desarrolla en ambas márgenes del río Dronne cuya característica la obliga a tener varios puentes. Conclusión, semejante o no a Venecia, Brantôme es un lugar del que te enamoras a primera vista. No pasearás por canales en góndola con un tipo vestido a rayas tocando el violín, pero te podés divertir navegando en kayak por el río mientras tratas de sobrepasar los “rápidos” donde te encallaste al no ser un río de poca profundidad.

Brantôme

Tras estacionar el auto (en un sitio céntrico y gratuito) lo primero que encontramos fue la Abadía delineada por el rio y que sobresalía de los acantilados. Según dicen las leyendas, esta Abadía del año 769 fue mandada a construir por Carlos Magno para guardar las reliquias del Santo Sicario, actualmente difiere bastante de sus orígenes ya que ha vivido años de guerras y hasta un incendio. Para acceder a ella cruzamos el curioso puente con forma de codo (Point Coude) desde el sacamos muchísimas fotos de todo lo que nos gustaba, el antiguo molino, el parque, la gente en el río, los jardines y también la Abadía.

Lo curioso de la abadía de Brantôme es el conjunto de cuevas del acantilado de piedra calcaría. Estas eran usadas por los monjes como viviendas y también para criar palomas y peces. La gruta más importante es la del Juicio Final y la cual recibe este nombre por estar decoradas con bajorrelieves monumentales del siglo XV. En cuanto a la iglesia abacial también tiene su importancia arquitectónica ya que alberga a uno de los campanarios más antiguos de Francia. El mismo es de estilo románico y fue construido en el siglo XI, lo bueno es que se puede visitar para tener una vista del pueblo.

Después de caminar por el casco antiguo, donde abundaban los locales de recuerdos, restaurantes, turistas y casas antiguas muy bonitas, hicimos un pic nic en el parque frente al rio. Eran innumerables las personas que aprovechando el día soleado paseaban en kayak. El jardín de una casa estaba en la orilla opuesta y el hombre comenzó a regar las plantas proveyéndose de agua del río para hacerlo. Así se fue pasando el rato mientras nuestra comida desaparecía y nuestras piernas descansaban. Una vez listo, nos pusimos en marcha para continuar con el próximo destino.

Abadía y cuevas de Brantôme

¿QUÉ VISITAR EN BRANTOME?

1. El puente codo: es el puente más bonito y característico que conectan la zona antigua con la Abadía. El mismo es de piedra y fue construido en el siglo XVI.

2. La Abadía, las cuevas y el museo Fernand Demoulin: para recorrer estos lugares se debe abonar un ticket de 6 € (menores de 12 años gratis) y lo que vas a conocer son los vestigios troglodíticos del monasterio, las grutas donde vivían los monjes, la cueva “del Juicio Final”, la fuente San Sicario venerada por sus poderes milagrosos y el museo dedicado al artista espiritista Fernand Desmoulin. La visita dura aproximadamente 1 hs. Más información podés encontrar en la WEB OFICIAL

3. El claustro, la iglesia abacial y el campanario: existe la posibilidad de hacer una visita con guía a estos tres lugares. La misma dura 1.15 hs y vale 7,50 € por persona (menores de 12 años gratis). Por el contrario, si querés visitar la iglesia por tu cuenta podés hacerlo y no cobran entrada.

La visita guiada consiste en un recorrido por la sala capitular en la cual se reunían los monjes cada mañana, la única galería del claustro que sobrevivió a las restauraciones del siglo XIX, la iglesia abacial y las reliquias de San Sicario. Por último, se sube al campanario para tener una vista panorámica de la ciudad.

4. El casco histórico: se extiende en la orilla opuesta de la Abadía. Dejándote llevar por sus callejones adoquinados te encontrarás con antiguos palacios y casas señoriales.

7. Mercado: los martes y viernes por la mañana se organiza el mercado callejero con productos locales.

Capilla de Chancelade

CHANCELADE

Llamó nuestra atención porque albergar la cueva donde encontraron los restos de un hombre de entre 15.000 y 9.000 a.c. y el bosque de robles Feytaud; pero, la verdad, es que ambas cosas son difíciles de encontrarlas ya que no están señaladas en el mapa. En una primera instancia desistimos y decidimos visitar solamente la Abadia de Chancelade que tiene una bonita arquitectura y la entrada es gratuita. Tras este rápido paseo por la abadía y los jardines, resolvimos intentar llegar al bosque de robles sin tener mucha idea realmente donde estaba. Así fue siguiendo un camino llegamos a un sitio con un lago artificial, un bosque de robles alrededor y muchas piedras de pedernal por el suelo. Como hombres prehistóricos nos pusimos a chocar estas rocas y no salió una llama de fuego, pero si se desprendieron varias chispas y el olor a quemado se hizo presenten.

Chancelade no es un imperdible, pero estando a solo 7 km de Perigueaux y de camino a esta ciudad, una rápida paradita en la Abadia no cuesta tanto.

¿QUÉ VISITAR EN CHANCELADE?

1. Abadía de Chancelade: alrededor de ella surge el pueblo de Chancelade. Fue incendiada en 1575 durante la guerra de la religión.

2. Cueva Raymonden: es el sitio donde encontraron los restos humanos. No pudimos localizarlo en el mapa, pero según dicen anda por ahí.

3. Bosque de Robles Feytaud.

Catedral de Périgueux.

PÉRIGUEUX

Llegó el momento de conocer la capital regional, pero tenemos muy pocas ganas de meternos en un sitio grande después de la armonía de los pueblos pequeños, además nuestras expectativas sobre este lugar no nos motivan mucho. Así que, aunque parezca raro, decidimos regresar a casas y dejar la visita para otro momento…

Afortunadamente, estando a sólo 22 km de Saint-Astier (donde estamos parando) la oportunidad de conocer Périgueux no tardó en llegar y cuando descubrí que había una bici-senda las visitas fueron varias. Tengo que admitirlo, mi idea sobre Périgueux era completamente errónea y basada en prejuicios por el simple hecho de ser una “ciudad”. Lo digo a lo grande: PÉRIGUEUX ESTÁ BUENÍSIMA. Posee un importante patrimonio histórico, con restos galorromanos, medievales y renacentista, es un auténtico museo de arquitectura, arte e historia al aire libre.

Callejones de Périgueux

Los orígenes de este lugar se remontan a la época de los galeses quienes la apodaron Petrocorii. Tras la llegada de los romanos, la ciudad fue refundada con el nombre de Vesunna y su seudónimo cambió 4 veces más hasta convertirse en Perigueux, que vendría a ser una latinización de Petrocorii.

Por la ciudad hay muchos tesoros escondidos a los cuales sacarles fotos, por lo que hay que andar atento incluso a el suelo. Perderse por estos callejones medievales da gusto, porque nunca se sabe lo que puede aparecer. Farolas, fachadas de piedra, grandes puertas de madera y palacios… lo único que está de más son esas guirnaldas de colores de plástico que adornan las plazas.

Ciudad de Périgueux

¿QUÉ VISITAR EN PERIGUEUX?

1. Catedral de Saint-Front: (place de la Clautre y rue Denfert Rochereau) es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y aunque para mi gusto tiene un aire a mausoleo, es una obra arquitectónica curiosa en Francia al ser una de las pocas en forma de cruz griega coronada con cúpulas bizantinas del país.

2. Torre Mataguerre: (Cours Fénelon y rue de la Bride) esta es la única torre defensiva de la muralla que sigue en pie, de las otras 27 no queda ni rastro. Se puede visitar en compañía de un guía y tener una vista panorámica de la ciudad.

3. Museo Vesunna: (20, rue du 26e Régiment d'Infanterie) precio 6 € por persona. Podrás conocer los restos de la gran casa de galo-romana, el Vésone domus, ricamente decorada con murales que salieron a la luz gracias a las excavaciones.

4. Torre Vesunna: forma parte de los restos de la ciudad de Vesunna. Se encuentra en el parque que rodea al Museo Vessuna y si puede ver gratis. Se conserva un poco más de la mitad de la torre.

5. Chateau Barrière: (rue Turenne), si bien está en ruinas, es la residencia del siglo XII mejor conservadas de la ciudad y posee una alta torre la cual servía para proteger la antigua ciudad de Puy-Saint-Fron. Se puede visitar gratis.

Calles de Périgueux

6. Museo Nacional de Prehistoria: (1, rue du musée) el primer domingo de cada mes la entrada es gratis, sino cuesta 6 € por persona. El museo aloja colecciones excepcionales que permiten reconstituir más de 400 milenarios de presencia humana. Más información en su WEB OFICIAL

7. Atalaya o antiguo molino: esta llamativa construcción popularmente conocida como “échafaud” (andamio) fue construida en 1347 como mirador entre el pueblo y el río y hoy en día está catalogada como monumento histórico de la ciudad.

8. El casco histórico: donde las calles empinadas en forma de laberinto te llevaran por los rincones más lindos de la ciudad. Destacan los callejones des Forges, de Eguillerie y Salinière, donde se ubicaban los gremios de forjadores, sastres y comerciantes de sal

9. Mercado: si hay algo muy característico de Francia son los mercados. En Périgueux la cita con los comerciantes es todos los jueves por la mañana (hasta las 12 hs). Los puestos se instalan en las plazas del centro, siendo el más importante el de la plaza de la catedral.

10. Río L´Isle: un paseo por esta costa verde para abstraerse de los ruidos de la ciudad y disfrutar de un pic nic o bien degustar alguna exquisitez en un péniche (antiguos barcos donde funcionan restaurantes).


Comentários


bottom of page