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Squamish, del mar al cielo

  • Foto del escritor: Nomadea
    Nomadea
  • 11 jun 2020
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 3 jul 2020



Durante un mes no paramos de escuchar hablar sobre Squamish. No importaba qué tan raro o cotidiano podía haber sido el día, siempre sonaba ese nombre en alguna conversación de nuestro alrededor. Esto puede ser muy raro en Vietnam, pero habíamos dejado ese país hacía unas semanas y estando en Canadá, hablar de Squamish era lo más normal entre personas amantes de la escalada. Cuando no sabíamos hacia dónde ir, no hubo más que oir el nombre que retumbaba en nuestras cabezas: Squaaaamish, S-quaaa-mishhhh. Así que al primer conductor que nos levantó le dijimos que íbamos rumbo a Squamish.



Tardamos 2 días en llegar y aunque el clima no ayudó, ni la lluvia nos paró. El primer día avanzamos rápido, habíamos recorrido más de 400 km cuando elegimos el sitio perfecto para acampar antes de que oscureciera. En la mañana siguiente la humedad se sentía dentro de la carpa y las gotas que golpeaban contra la lona no invitaban a asomar la nariz. Cuando el ruido cesó desarmamos campamento y en busca de una canilla para rellenar las botellas encontramos un polideportivo. Las puertas abiertas nos alentaron a entrar y así descubrimos los vestuarios solitarios con duchas de agua caliente. Puufff, agua caliente, algo tan poco valorado cuando lo tenés todos los días en tu casa y más preciado que el oro después de 3 meses desde la última vez que tomaste ducha calentita y sin prisa.



Renovados y 100% limpios estábamos listos para continuar, pero el cielo estaba muy gris y parecía que se iba a largar en cualquier momento. Mientras decidíamos que hacer, nos fuimos acomodando en el gimnasio, probamos las colchonetas, nos conectamos a Internet, preparamos la comida, empecé a bailar y hasta un vídeo con los patines para mis sobrinos filmamos. A todo esto, obviamente se largó a llover y aún estábamos a 45 km de de nuestro destino final ¿Una noche más en este lugar?



No, por la tarde nos volvimos a cargar la mochila al hombro y fuimos caminando hasta la parada de bus local para acercarnos lo máximo posible a la ruta principal y continuar a dedo. No hubo mucho que esperar hasta que una camioneta gigante paró y al volante iba un hombre amable que en el camping de Squamish nos dejó. Claro está que hubiese sido más rápido un bus tomar, pero en esta parte del mundo, donde casi todos tiene su propio vehículo, los transportes públicos escasean y mucho más ahora que hace un año los buses de larga distancia dejaron de funcionar. Además, el llegar también forma parte del viaje y poco recordaríamos del trayecto si hubiéramos subimos a un colectivo que 5 horas después nos hubiese dejado en la ciudad.



Ahora bien, empecemos a hablar un poco sobre el lugar al que nos dirigíamos. Squamish es un pequeño pueblo ubicado a una hora al norte de Vancouver, en el extremo Norte del fiordo de Howe Sound y al pie de la montaña. Un tramo de la ruta 99 que une estos dos puntos del mapa recibe el nombre de “Sea to Sky Highway” (autopista del mar al cielo), la frase perfecta que describe la particularidad del trayecto.

A orillas del mar y rodeada de lagos, montañas y valles, Squamish se convirtió en el paraíso de escaladores y montañeros. En la zona hay más de 1200 rutas de escalada en roca y de 600 circuitos para bicicletas de montaña aptos para todos los niveles.



“Bienvenidos sean todos los amantes de la naturaleza” y, como nos consideramos parte de este grupo que acabo de inventar, ahí estábamos como niños en Disney, pero en vez de alucinar con Mickey Mouse y el Pato Donald, lo hacíamos con las paredes de granito, los picos nevados, el bosque y los lagos. Cada noche en lugar de disfrutar de un show de luces y fuegos artificiales, jugábamos a reconocer a las personas del camping que llevaban una linterna en la cabeza (llamado frontal) y a encontrar la carpa en plena oscuridad.



¿QUÉ HACER EN SQUAMISH?

5 Parques Provinciales conforman lo que se considera el área de Squamish y de sur a norte estos son: Murrin, Shannon Falls, Stawamus Chief, Brackendale Eagles y Alice Lake. Cada uno es como un parque de diversiones, donde las principales atracciones son un lago, una cascada, una pared de granito o una alucinante panorámica.

Hay caminatas para todos los gustos y condiciones físicas. A continuación, la lista de los senderos ordenados por dificultad, al presionar sobre el nombre podrás encontrar toda la info de cada uno (disponible en inglés).


Difíciles:

Garibaldi Lake: 21.2 km (ida y vuelta). Duración: 6 a 8 hs.

Echo Lake: 6.4 km. Duración: de 5 a 6 hs.


Intermedios / difíciles:

Crooked Falls: 6 km. Duración: 3 hs

Sea to summit trail: 7.5 km ida (918 mts de desnivel). Duración: 5 hs.


Intermedios:

Upper Shanon Falls: 7 km. Duración: 5 a 6 hs.

Murrin Park loop trail: 1.8 km. Duración: 2 hs.

Elfin Lakes - Garibaldi Park: 22 km (ida y vuelta). Duración: 5 a 8 hs.

Stawamus Chief hiking trail: de 4 a 7 km. Duración: de 3 a 6 hs, dependiendo del camino que elijas.


Fáciles:

Panorama trail: 1.6 km. Duración: 1 hs.

Oceanfront Interpretative trail: 2 hs. Duración: 1 hs.

Smoke Bluffs park hike: 2.3 km. Duración: 1 hs.

Shannon Falls: 1 km. Duración: 50 minutos.

Four Lakes trail: 6.5 km (ida y vuelta). Duración: 2.30 hs.



NUESTROS DÍAS EN SQUAMISH

Ahora, vamos a las caminatas que hicimos nosotros:

Desde el camping Stawamus Chief (donde estábamos instalados) caminamos 10 minutos por un sendero súper fácil para llegar a Shannon falls. Se trata de la tercera cascada más grande de British Columbia, una especia de tobogán vertical que zigzaguea entre las rocas hasta tocar el suelo. Hay varios miradores desde los cuales se la puede contemplar, lo que viene muy bien ya que suele haber bastante gente.


Chief peaks, la caminata comienza en el camping Stawamus Chief y te permite subir a 3 picos de diferentes alturas. Primero se llega a First peak, el más bajo, desde donde se tiene la mejor vista del mar. Después está Second peak, que te permite disfrutar de una visión más amplia del mar y aparece de fondo la ciudad. Por último, se llega a Third peak que es el mejor de todos porque a las vistas anteriores se le suma el pico nevado de Garibaldi que le termina de dar el toque extraordinario que le faltaba al paisaje.

El sendero está bien marcado y suele ser bastante frecuentado. Para llegar al último pico hay dos tramos en que hay que trepar con ayuda de una cuerda o cadena lo que a algunas personas le genera un poco de pánico o incomodidad, pero realmente no tiene mucha dificultad (hemos visto a niños haciéndolo).


Antes de empezar a caminar, te recomiendo que estires un poco y tomes aliento para encarar la empinada escalera que va siguiendo el río y parece no tener fin. Este sendero no tiene piedad y si bien hay varios rincones para escaparse a disfrutar del agua cristalina que corre sin parar, hasta las cimas no hay prácticamente partes partes planas, por suerte las recompensas son muy buenas y las buenas vistas ayudan a relajar el cuerpo antes de bajar.


Otros de los senderos que comienza en el camping Stawamus Chief, es el que te permite conocer las Lukas Falls. Tentados por hacer una caminata corta, nos aventuramos a recorrer los 2.4 km para conocer esta bonita caída de agua poco visitada. Cuando llegamos a este punto seguíamos motivados para continuar unos km más, así que sin prisa seguimos avanzando por el bosque. Rodeados de árboles nos sorprendimos al ver pasar las cabinas del teleférico que te llevan a la cima del cerro, una forma poco agotadora de tener una vista sublime de los picos y los lagos. Nosotros no llegamos tan alto, pero igualmente disfrutamos de un paisaje magnífico y de una fantástica panorámica.



Una de las noches de frontales y cena a en la penumbra, conocimos a una pareja de escaladores que habían decido tomarse el día siguiente para descansar. La conversación se centró casi exclusivamente en la escalada. Calculo que al vernos tan interesados en las vías que habían probado y al contarles que no viajábamos con nuestro material, les dimos pena y nos ofrecieron prestarnos sus cosas. Podés imaginarte nuestras caras de felicidad al escuchar esa propuesta difícil de rechazar, al día de hoy seguimos agradecidos con estos chicos.



Al día siguiente, temprano en la mañana estábamos en la ruta haciendo dedo para ir a Murrin Park, el parque se encuentra a 9 km al sur de Squamish. Hay un bus que te lleva hasta allí, pero desconocíamos los horarios y estábamos ansiosos por desenvolver la cuerda. El transparente lago de Browinning da la bienvenida a todos los visitantes, en él se puede practicar kayak, nadar o simplemente dar un paseo alrededor. En esta zona hay muchos sectores de escalada deportiva, una inmensa roca para hacer Boulder y varios senderos como Petgil Lake de 4.7 km y 750 mts de desnivel (cada tramo). Como estábamos con el material de escalada al hombro y es bastante pesado no pudimos hacer ninguna caminata en esta zona.


Después de probar las vías más sencillas que teníamos anotadas, llegó la hora del almuerzo y el momento de conocer la preciosa roca de granito en la cual pasamos el resto de la tarde jugando como niños. Trepados sin cuerda en este pedrusco de poca altura inventamos travesías, probamos pasos y soñamos con hacer una réplica para llevarnos a casa.

Otro día de autostop nos llevó al maravilloso Alice Lake, a 13 km de Squamish. El objetivo de este paseo era recorrer el 4 Lakes Trail. Como bien indica su nombre en inglés, este sendero de 6.5 km (en loop) te permite conocer 4 hermosos lagos rodeados de bosques. Cada uno tiene su singularidad, Alice es el más grande, Fawn el más pequeño, Stump tiene de fondo el pico Garibaldi y Edith es alargado. Todos comparten la posibilidad de nadar en ellos y en Alice también se puede hacer kayak. No recuerdo cuál exactamente, pero uno de ellos tenía un inmenso tronco flotando en llegaba hasta la orilla y se convirtió en nuestro restaurante de lujo merecedor de varias estrellas Michelin (foto de la portada).


¿DÓNDE DORMIR EN SQUAMISH?

Hay 2 tipos de campings en esta área natural que difieren mucho en precio e instalaciones. Por un lado, están los que tienen todo, electricidad, baños con ducha de agua caliente y hasta anfiteatro, por el otro están los básicos que están equipados con un refugio con mesas, lockers, baños secos y agua potable. En los primeros recomiendan reservar para asegurarte tu lugar y en los segundos el lugar es de quien llega primero.

¿CUÁNDO IR A SQUAMISH?

Nosotros fuimos en agosto, algunos días pasamos calor durante las caminatas y otros frío todo el rato, pero nada que un par de medias gruesas en las manos no pueda remediar.

Lo ideal es ir de junio a septiembre que las temperaturas son agradables y llueve menos. Además, de esta forma te aseguras de no encontrar nieve en el camino y de poder hacer todas las caminadas sin necesidad de equipamiento especial.


SQUAMISH WIND FESTIVAL

Es un festival de arte y cultura gratuito que se celebra todos los años en el mes de agosto. El Junction Park de Squamish se llena de gente con ganas de compartir un buen rato en un ambiente de buena onda. Para más información dle evento podés entrar a la WEB OFICIAL.


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